El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmó ayer que el país combate “en una guerra en varios frentes” y “está siendo atacado desde siete escenarios diferentes”, y especificó que se trata de “Gaza, Líbano, Siria, Cisjordania, Irak, Yemen e Irán”.
Desde que estalló el conflicto, milicias pro iraníes de Irak y Siria han llevado a cabo ataques contra objetivos estadounidenses y territorio israelí, algo que también han hecho el movimiento libanés Hezbollah y los rebeldes hutíes de Yemen, que han acosado y abordado barcos en el mar Rojo.
“Lo voy a decir de la forma más clara posible: cualquiera que actúe contra nosotros es un objetivo potencial, sin inmunidad para nadie”, advirtió a Hamás y sus aliados. Las palabras de Gallant llegan un día después de la muerte de un alto cargo de la Guardia Revolucionaria de Irán en un bombardeo israelí en Damasco, por el que el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, prometió vengarse.
Es que el Ejército de Israel mató ayer a Razi Moussavi, uno de los principales asesores militares de la Guardia Revolucionaria en Siria y una figura cercana al antiguo jefe de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani. El “régimen sionista definitivamente pagará por el crimen” de Moussavi, expresó Raisi en un comunicado. “Esta acción es sin duda otra muestra de la frustración, impotencia e incapacidad del régimen sionista usurpador en la región”, afirmó Raisi.
En tanto, el Ejército israelí anunció que nueve de sus soldados y un civil resultaron heridos por disparos de misiles del movimiento islamista libanés Hezbollah, en su frontera norte, uno de los cuales alcanzó una iglesia en un pueblo árabe que Israel había destruido en 1951, a la vez que confirmó la muerte de otro uniformado por un ataque recibido el viernes. “Hezbollah atacó la iglesia ortodoxa griega de Santa María de Iqrit, en el norte de Israel”, afirmó el Ejército en un comunicado.
Gazatíes saquearon un camión con alimentos
Una caravana humanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que transportaba agua y alimentos para dos hospitales en el norte de la Franja de Gaza fue saqueada por residentes locales hambrientos, informó ayer la institución.
“Los alimentos y el agua que se entregaban a dos hospitales en el norte de Gaza el 23 de diciembre fueron tomados por la fuerza por personas desesperadas por comer”, dijo el director regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Ahmed al Mandhari.
“Los niveles de hambre y desesperación en Gaza están alcanzando niveles catastróficos”, agregó el funcionario en su mensaje en la red social X. El representante de la organización subrayó además que los 2,2 millones de residentes de la Franja de Gaza corren un alto riesgo de inseguridad alimentaria.
El director de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en la Franja de Gaza, Thomas White, dijo a principios de este mes que automóviles de la ONU en el enclave fueron atacados con piedras y varias caravanas con ayuda humanitaria resultaron saqueadas.