Siete policías fueron secuestrados, dos capos se fugaron de prisión y varias explosiones se registraron en la calle en las últimas horas en Ecuador por la violencia ligada al narcotráfico, en medio del estado de “conflicto armado interno” decretado ayer por el presidente Daniel Noboa.
La fuga de una cárcel de Adolfo Macías, alias “Fito”, jefe de la principal banda criminal conocida como Los Choneros, detonó la crisis el domingo. Ayer, las autoridades informaron de la huida de otro líder narco: Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, detenido el viernes por su presunta responsabilidad en un plan para asesinar a la fiscal general.
En las últimas horas, se registraron explosiones contra una estación policial, la vivienda del presidente de la Corte Nacional y vehículos incendiados, sin reportes de muertos ni heridos. En un video difundido en redes aparecen tres agentes sentados en el piso. Uno de ellos es obligado a leer un mensaje dirigido al presidente: “Declaraste la guerra y guerra vas a tener (…) Declaraste estado de excepción; nosotros declaramos botín de guerra a policías, civiles y militares. Cualquier persona que se encuentre en las calles a partir de las once de la noche será ejecutado”.
El domingo por la noche, Noboa decretó estado de excepción “por la grave conmoción interna”, una medida que declara “zona de seguridad” a los penales y “el perímetro de kilómetro a su alrededor, para que la Policía y las Fuerzas Armadas realicen controles y dispongan cierres viales”.
Ayer, el jefe de Estado declaró al país en estado de “conflicto armado interno” y ordenó a las Fuerzas Armadas “ejecutar operaciones militares para neutralizar” el accionar de una veintena de bandas criminales.
Esta decisión se dio luego de que hombres con fusiles y granadas irrumpieran en los estudios de TC Televisión, el canal público de Guayaquil, lo que llevó al cierre de puertas de otras emisoras. Pasadas las 14 (las 16 de Argentina), un grupo de delincuentes armados y con los rostros cubiertos entró a los estudios y exigieron que se les colocaran micrófonos. “No se juega con las mafias”, fue una de las pocas frases que se escuchó al aire, en medio del desorden y los gritos de los empleados del canal.