Los episodios de violencia registrados en las últimas 48 horas en Ecuador, con ataques y atentados en calles, cárceles, universidades y un canal de televisión, dejaron 10 muertos, informó la Policía, horas después de la declaración por parte del Gobierno nacional de «conflicto armado interno», una medida que permite la movilización total de las Fuerzas Armadas en todo el territorio nacional.
Hubo «ocho personas fallecidas» en ataques en el puerto de Guayaquil, dijo en rueda de prensa un jefe policial local. El cuerpo de seguridad también indicó en la red social X (antes Twitter) que dos agentes fueron «asesinados vilmente por delincuentes armados» en la cercana población de Nobol.
El Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, en Quito, informó hoy que ante la crisis se implementarán nuevas medidas, como la prohibición de ingreso a la terminal a cualquier persona que no lleve «sus documentos de viaje, es decir, pasaporte o cédula de ciudadanía y boleto aéreo o pase de abordar», informó la agencia de noticias Sputnik.
Ecuador inicia hoy una tensa jornada luego de que el presidente Daniel Noboa firmara ayer un decreto ejecutivo declarando «conflicto armado interno», en medio del estado de excepción por 60 días que había decretado el lunes, cuando se inició el secuestro de policías, ataques a la prensa y motines carcelarios.
El mandatario, de 36 años, ordenó además a las Fuerzas Armadas «ejecutar operaciones militares (…) para neutralizar» a una veintena de grupos criminales a los que tildó de «organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes».
El nuevo decreto se conoció luego de que hombres armados y encapuchados entraron al canal TC Televisión en Guayaquil cuando periodistas transmitían en vivo un noticiero, lo que provocó una dramática situación que se extendió al menos por 30 minutos hasta que intervino la policía.
La policía puso fin a la toma del canal y detuvo a 13 personas, informó la agencia de noticias AFP.
La situación generó pánico en diversas ciudades, con comercios cerrados temprano y calles llenas de gente apurada por volver a casa. Las clases pasaron de ser presenciales a virtuales hasta el viernes.
Desde hace dos días Ecuador vive jornadas de terror a raíz de la fuga de Adolfo Macías, alias Fito, jefe de Los Choneros, la principal banda criminal del país, que estaba recluido en una cárcel del Guayaquil.
En respuesta a la fuga de Fito, Noboa implantó el lunes el estado de excepción en todo el país, incluidas las penitenciarias, y un toque de queda de seis horas desde las 23.
El mismo lunes, mientras las autoridades se desplegaron para atender los hechos delictivos desatados en todo el país, Fabricio Colón Pico, uno de los capos del grupo criminal Los Lobos, se fugó de la cárcel de Riobamba, donde mantenía prisión preventiva por el delito de secuestro, aunque también era un hombre de alto interés por haber sido acusado, por la fiscal general del Estado, Diana Salazar, de haberlo amenazado.
Ambas bandas son enemigas y responden a distintos cárteles mexicanos. Los Choneros son aliados del cártel de Sinaloa y los Lobos de Jalisco Nueva Generación, según el sitio de noticias ecuatoriano Primicias.
En medio del estallido que se hizo sentir en varias ciudades como Quito, siete policías fueron secuestrados, hubo explosiones contra una estación policial y frente a la vivienda del presidente de la suprema Corte de Justicia y vehículos incendiados. Tres de los uniformados «han sido liberados y puestos a buen recaudo», informó la Policía por X.
En cárceles de cinco localidades hay 139 guardias y funcionarios administrativos retenidos por presos, señaló el organismo a cargo de las prisiones (SNAI).
Noboa atribuye la arremetida a una represalia por sus acciones para «recuperar el control» oficial de las prisiones y advirtió que no negociará con «terroristas».
Delincuentes «han cometido actos sangrientos y sin precedentes en la historia de la nación, pero a pesar de su brutal maldad, este intento fracasará», declaró a la prensa el almirante Jaime Vela, jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas, tras una reunión del Consejo de Seguridad en Quito que estuvo encabezada por el mandatario.
Ubicado en medio de Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador pasó de ser una isla de paz a un fortín de guerra del narco. El 2023 cerró con más de 7.800 homicidios y 220 toneladas de droga incautadas, nuevos récords en la nación de 17 millones de habitantes.
Desde 2021 los choques entre presos han dejado más de 460 muertos. Además, los homicidios en las calles entre 2018 y 2023 crecieron en casi 800%, al pasar de seis a 46 por cada 100.000 habitantes.