Alexei Navalny, el líder opositor más importante en Rusia en la última década, murió el viernes en prisión, según reportó el servicio penitenciario ruso. Navalny, de 47 años, era conocido como el mayor crítico del presidente Vladimir Putin y cumplía una condena de 19 años por delitos que los opositores consideraban como políticos. El servicio penitenciario del distrito de Yamalo-Nenets dijo que Navalny se había “sentido mal” tras un paseo a pie este viernes. “Perdió la conciencia casi inmediatamente”, dijo el servicio en un comunicado.
En ese marco, el equipo que trabajó con Navalny denunció ayer que el cuerpo del líder opositor ruso no fue entregado a la familia y acusó a los “asesinos” de “querer cubrir sus huellas”, en medio del silencio oficial sobre el hecho. La portavoz del opositor, Kira Yarmish, indicó que la madre de Navalny, Liudmila Navalnaya, fue notificada de que murió el viernes a las 14:17 locales (6:17 de Argentina) y pidió que sus restos sean entregados a la familia “inmediatamente”. Las autoridades indicaron que el cuerpo estaba en Salejard, una localidad cercana a la prisión del Ártico.
Ayer, la embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynne Tracy, visitó un memorial improvisado en Moscú en homenaje a Navalny, cuya muerte en prisión movilizó a muchos ciudadanos que buscaron rendirle un tributo, pese a la prohibición de las autoridades. En ese sentido, los grupos de defensa de los derechos humanos reportaron que cerca de 400 personas fueron detenidas en concentraciones en recuerdo del opositor.
Por su parte, el presidente de Brasil, Lula da Silva, pidió no sacar conclusiones precipitadas sobre la muerte de Navalny, luego de que potencias occidentales se apresuraran a culpar al Kremlin de su fallecimiento. “Creo que es una cuestión de sentido común (…) si la muerte está bajo sospecha, primero hay que llevar a cabo una investigación para averiguar de qué murió”, declaró el presidente brasileño en Adís Abeba, en Etiopía, donde participó como invitado en la cumbre anual de la Unión Africana.
Berlín pidió una autopsia “independiente”
El gobierno de Alemania reclamó ayer al de Rusia que entregue el cuerpo del líder opositor Alexey Navalny, muerto el viernes en prisión, y permita una “investigación independiente” que pueda determinar la causa del fallecimiento.
“Los gobernantes rusos deben mostrar este mínimo gesto de respeto al fallecido Navalny y a su familia, después de que se lo negaran a Navalny en vida”, afirmó el ministro de Justicia alemán, Marco Buschmann. “Solo con una investigación independiente podrá establecerse para la opinión pública mundial y el pueblo ruso lo que todo el mundo sabe ya: Putin mató a Navalny, directa o indirectamente, a través de las condiciones de la prisión”, agregó.
Mientras tanto, cerca de medio millar de personas protestó ante la embajada de Rusia en Berlín contra la política de Putin. Poco antes, el grupo feminista de origen ruso Pussy Riot -organización fundada en 2011 que suele escenificar sus protestas con representaciones de punk-rock- anunció su propia acción en la capital alemana.