El ministro de Relaciones Exteriores británico, David Cameron, expresó su deseo de que la Islas Malvinas y sus habitantes continúen bajo dominio del Reino Unido “por mucho tiempo, posiblemente para siempre”, en un abierto desafío a la Argentina –que reclama la soberanía de las islas- y las resoluciones internacionales de la ONU, que convocan a ambos países a resolver el conflicto por vía diplomática. Si bien la Cancillería argentina decidió no emitir un comunicado oficial sobre la presencia de Cameron en las islas, Mondino salió a cruzar la visita de manera irónica.
Durante su viaje a las islas, Cameron dijo a los habitantes de Malvinas que podrán seguir “el tiempo que quieran” bajo la administración británica. “Y espero que sea por mucho, mucho tiempo, posiblemente para siempre”, agregó el ex primer ministro del Reino Unido entre 2010 y 2016. Cameron llegó el lunes a las Malvinas como parte de un viaje a Sudamérica que incluirá visitas a Paraguay y Brasil, a poco más de un mes de haberse reunido con el propio presidente Javier Milei en el Foro Económico de Davos.
En las islas, el canciller británico realizó un homenaje “a todos aquellos que perdieron la vida durante el conflicto de 1982” con Argentina. “Nunca olvidaremos el increíble servicio de las fuerzas británicas. Siempre apoyaremos los derechos de los habitantes de las Islas Malvinas y su trabajo para sostener aquí la próspera comunidad moderna” que representan, sostuvo Cameron en un posteo en su cuenta de la red social X, pese a que desde 1965 la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió que ante la disputa de soberanía pendiente sobre el archipiélago no se aplica el principio de “libre determinación de los pueblos”.
Según la agencia PA, lejos de las cámaras, Cameron también visitó “como muestra de respeto” el cementerio donde descansan los restos de unos 230 argentinos muertos en el conflicto bélico que enfrentó a ambas naciones. En Malvinas, Cameron también aseguró que los isleños “son absolutamente bienvenidos” en el Reino Unido, y agregó: “Los apoyaremos, ayudaremos a protegerlos y a defenderlos”.
Ante esto, el Gobierno nacional prefirió no emitir opinión, tal como expresó el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien consideró que “no corresponde referirse a la agenda de otros países”, en medio de una catarata de crí-ticas al funcionario británico que incluyeron la declara-ción de “persona no grata” hecha por Tierra del Fuego (ver…). Igualmente, Adorni reafirmó los “derechos de sobe-ranía sobre las Malvinas” y dijo que la seguirán reclaman-do “como es el deseo de los argentinos”. A su vez, la can-ciller Diana Mondino se refirió con ironía al viaje de su par británico: “Valoramos el gesto del Canciller de UK Ca-meron de incluir a la Argentina en su vista a la región. Estaremos felices de recibirlo, en una próxima ocasión, también en Buenos Aires”, escribió en la red social X.
Repudio oficial
Una serie de gobernadores se sumaron al repudio del mandatario de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, a la visita del canciller de Gran Bretaña, David Camerón, a las Islas Malvinas, y coincidieron en que el viaje es una “provocación” y “una falta de respeto a los caídos” en la guerra de 1982.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, consideró la visita como “un acto de profunda provocación a la memoria de nuestros héroes que entregaron su vida” y aseveró que “seguimos reclamando de manera pacífica nuestros legítimos derechos soberanos sobre el territorio de las Islas del Atlántico sur”.
El repudio se extendió a los mandatarios de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, La Rioja, Ricardo Quintela, Río Negro, Alberto Weretilneck, y La Pampa, Sergio Ziliotto.
Críticas de Melella
El gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, fue el más radical en criticar la presencia de David Cameron en las Islas Malvinas, al declararlo “persona non grata en toda la extensión territorial” de la provincia.
Melella cuestionó al gobierno nacional al considerar que la posición bridada por el vocero Manuel Adorni es “violatoria” de la “Disposición Transitoria Primera (de la Constitución) como incongruente con la posición argentina” sobre la soberanía.
“La postura por parte del Gobierno (…) llegó de la manera menos inteligente posible: solamente puede sostenerse en un contexto de ignorancia sin precedentes o de un entreguismo liso y llano”, escribió Melella en X, y afirmó que la decisión “traiciona la memoria” de los caídos en la guerra de 1982.