Franco Nicolás Cabrera Guevara (20), un joven que robó una camioneta, condujo drogado y de manera temeraria por un barrio, chocó varios autos y mató a un motociclista, fue condenado este miércoles a la pena de 4 años y medio de cárcel efectiva por la Cámara 1ª del Crimen de Córdoba.
El juez Mario Capdevilla lo halló culpable por homicidio culposo agravado. La fiscalía y la querella habían reclamado 8 y 10 años de prisión, respectivamente, al entender que el caso debía encuadrarse en un homicidio simple por dolo eventual.
La tragedia vial sucedió el 8 de marzo de 2022 en barrio General Bustos, zona norte de Córdoba Capital, y se cobró la vida de Gonzalo Uliana (29). Ese día, al bajarse de la 4×4 que manejaba, Cabrera Guevara comenzó a gritar: “¡Me perseguía el diablo! ¡Lo maté!”.
El juicio tuvo como eje de debate el hecho de que el conductor es un muchacho con padecimientos psiquiátricos desde adolescente y es adicto a drogas, según contaron sus propios familiares. Tanto el fiscal Gustavo Arocena como el querellante Carlos Nayi entendieron que Cabrera Guevara fue plenamente consciente cuando hizo lo que hizo, había dirigido sus actos y debía representarse la tragedia que terminó provocando.
La defensora Belén Barbano, en tanto, solicitó que el caso se encuadre en un homicidio culposo y reclamó tres años de cárcel condicional. Sin embargo, el juez Mario Capdevilla echó abajo los argumentos de la acusación y se basó en los peritos psicólogos que señalaron que el muchacho tenía una capacidad disminuida de comprensión. Esa capacidad disminuida hizo, según el magistrado, que minimizara los riesgos.
Así, de acuerdo al juez, mal pudo haberse representado la tragedia que iba a provocar. Al existir una duda respecto al dolo, el juez optó por la figura culposa. La querella y la fiscalía esperan analizar los fundamentos para presentar una casación ante el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba (TSJ).
En el juicio, Cabrera Guevara pidió perdón cuando se le concedió la palabra. Luego, se llamó a silencio y no efectuó ninguna otra consideración.En la jornada de ayer no emitió palabra alguna. “No tengo nada que decir”, dijo entre dientes.