Los jubilados sentirán con fuerza el ajuste sobre sus haberes por causa de la inflación y el aumento insuficiente otorgado por el gobierno nacional cuando cobren el aumento de la movilidad del 30% en marzo contra un trimestre en que el alza de precios acumulado estará cerca del 80%.
Ya en febrero, la jubilación mínima en Argentina alcanzó un valor real —expresado en términos de poder de compra— inferior al registrado durante la crisis económica de 2002, según reveló una estimación del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Un informe del sitio Chequeado reveló que, con el aumento del 27,18% en jubilaciones y pensiones a partir de marzo más el bono de $ 70.000 para quienes perciben la mínima, “los jubilados que perciben el haber mínimo tendrán una caída real interanual (comparado contra marzo de 2023) de su poder de compra del 33,8%”.
“Durante el gobierno de Cambiemos las jubilaciones mínimas cayeron casi un 20% en términos reales. En la gestión del Frente de Todos, la caída fue del 2% en promedio y un 8,2% si se comparan los haberes de diciembre de 2019 e igual mes de 2023. En el resto de los haberes la pérdida fue más alta”, puntualizó el informe, que reveló que con los aumentos dispuestos por el Gobierno “los jubilados que menos cobran percibirán, a partir de marzo, $ 204.000”, lo que significa “una caída real interanual (comparado contra marzo de 2023) de su poder de compra del 33,8%”.
El panorama pinta peor para quienes se jubilen a partir de este mes, quienes percibirán un haber inicial real todavía más bajo. Ocurre que el Gobierno ajustó un 28,6% para el período marzo/mayo 2024 el coeficiente de actualización de las remuneraciones que se utiliza para calcular el haber inicial de las nuevas jubilaciones, según la Resolución 117/2024 del Ministerio de Capital Humano.
Ese coeficiente se aplicará “para practicar la actualización de las remuneraciones mensuales percibidas por los trabajadores en relación de dependencia que cesen desde el 29 de febrero de 2024 o soliciten su beneficio desde el 1° de marzo de 2024”, dice la Resolución.
Así, al momento de jubilarse ya comienza el deterioro de la jubilación, ya que el haber inicial se determina en base al promedio salarial de los últimos 120 meses actualizados. Y esa actualización se aplica en base a un coeficiente que se calcula según la evolución salarial de los trabajadores registrados (RIPTE) con un retraso en relación a la inflación. Por ejemplo, entre marzo 2023 y marzo 2024 ese coeficiente aumentó un 149% versus una inflación que, a marzo, se estima superará el 300%.
“En definitiva, según el momento en que la persona se jubiló y ahora se jubila la pérdida es doble: al determinarse el haber inicial y luego con los aumentos por debajo de la inflación que recibió entre septiembre de 2017 y diciembre 2019, luego por decretos (2020) y después hasta marzo 2024 según los índices de movilidad”, explicó el especialista Ismael Bermúdez en el diario Clarín.