El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informó ayer que la inflación ascendió al 13,2% en febrero, por debajo de lo esperado por las consultoras privadas, algo que fue celebrado como un triunfo por el gobierno nacional, pese a que puso nuevamente a la Argentina como el país con la cifra más alta del mundo. A nivel interanual, los precios acumularon un alza del 276,2%.
“Nadie imaginó esta desinflación, más profunda que en la Convertibilidad” , celebró el presidente Javier Milei en una entrevista, donde aseguró que “es un número que después del desastre que hemos tenido que enfrentar es (producto de) el trabajo del ministro Luis ‘Toto’ Caputo, es un trabajo formidable”. “Milei desactivó la bomba kirchnerista que dejó (Sergio) Massa. Nos dejaron a borde de una híper inflación con una emisión descontrolada. El Gobierno logró bajarla al 13,2% en febrero. El esfuerzo de los argentinos va a dar sus frutos”, sostuvo la vicepresidenta Victoria Villarruel en un mensaje en la red social X.
Sin embargo, lo cierto que el 13,2% es un número muy superior al promedio inflacionario de todo el gobierno de Alberto Fernández, incluso en su último mes de gestión (donde el máximo índice mensual fue del 12,7%). Además, según el relevamiento del Indec, la Canasta Básica Total (CBT) aumentó 2,8 puntos por encima de la inflación general en el primer bimestre del año: una familia debió ganar en febrero $690.902 para no caer en la pobreza, luego de que la canasta aumentara un 15,8% en relación a enero.
Vale recordar que la CBT mide el total de gastos que debe hacer una familia tipo para cubrir el 100% de sus necesidades básicas durante un mes. La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que cubre los gastos necesarios de una familia para cubrir únicamente sus necesidades alimenticias, ascendió a $322.851. De acuerdo al estudio, la CBT cerró el primer bimestre con una suba del 39,4% (2,8 puntos por encima de la inflación), mientras que la CBA registró un incremento del 34,1% (2,5 puntos debajo del IPC general).
A nivel general, en el primer bimestre de la gestión de Milei, la inflación general ascendió al 38,7%, si se tiene en cuenta el 20,6% de enero (sin contar el 25,5% de diciembre, la inflación más alta desde marzo de 1990). El rubro de telecomunicaciones fue el que más subió en febrero, con un 24,7%, seguido por las tarifas del transporte, con 21,65%, y las de electricidad, gas y agua, y los combustibles, con el 20,2%. Bebidas alcohólicas y tabaco subieron 17,7%; bienes y servicios, 16,6%; y salud, 13,6%. Los alimentos y bebidas alcohólicas (11,9%), educación (9,9%) y prendas de vestir y calzado (7,2%) quedaron por debajo de la media mensual.
Los expertos, finalmente, alertan que el costo de vida se desaceleró por una combinación de fuerte caída de la actividad por la licuación de ingresos y jubilaciones desde diciembre, el significativo ajuste del gasto público y el “apretón monetario” que impulsa el Gobierno.
Caputo abrió la importación de alimentos
El Gobierno nacional anunció ayer la apertura de la importación de alimentos de la canasta básica, en un intento por frenar la disparada inflacionaria “y hacer los precios más competitivos”. Así lo anunció el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien dijo que esa decisión se cristalizó tras las reuniones que el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo con empresarios. El portavoz aclaró que habrá “alguna quita de impuestos” a determinados productos importados.
Desde el Ministerio de Economía explicaron que la decisión “apunta a mejorar la competencia y apuntalar la baja de la inflación en los productos de la canasta básica y medicamentos”. El propio Caputo destacó que la apertura de las importaciones es “un empujoncito para que bajen los precios”.
Sin embargo, la Unión Industrial Argentina (UIA) objetó con dureza la decisión y manifestó su “preocupación por lo que consideramos un trato desigual para la industria”, ya que “afecta seriamente la competitividad de las empresas que operan, producen y emplean en el país”.
“Los productores nacionales deben pagar en cuatro cuotas mensuales y con impuesto País los insumos necesarios para la fabricación, los importadores de bienes terminados estarán exentos de impuestos y tendrán acceso total a las divisas necesarias en un solo pago a 30 días”, graficó.
Siete de cada diez niños viven en la pobreza en la Argentina
Un estudio publicado ayer por Unicef, el mismo día en que el Indec informó los nuevos datos de la inflación (ver principal), alertó por la extrema crisis social que vive la Argentina, donde siete de cada diez niños se encuentran en una situación de pobreza. Así lo indica el estudio del organismo internacional, que precisó que son unos 8.600.000 de chicos menores de 18 años, quienes viven en hogares que no alcanzan el piso mínimo de ingresos monetarios para tener una vida digna o en entornos de privación de derechos de vivienda, salud y educación, entre otros indicadores. La indigencia infantil, a su vez, superó a fines de 2023 el 19%.
Las proyecciones comprenden a la pobreza por recursos económicos (57,5%) y por privación de derechos (43%). Pero además, la entidad de ayuda a la infancia estimó que existe un 31% de menores de 18 años en la Argentina que son pobres en ambas dimensiones de forma simultánea: se trata del segmento crítico de la pobreza estructural, que alcanza a 3.800.000 de chicos.
Unicef también advirtió sobre el efecto negativo de la aceleración inflacionaria del final de 2023, con la llegada de Javier Milei al Ejecutivo. Según sus estimaciones, basadas en datos de la EPH del Indec (tercer trimestre) y proyecciones estadísticas en base a la inflación, la indigencia infantil creció cinco puntos porcentuales en el segundo semestre del año pasado (pasó de 14,3% a 19,4%), lo cual implicó que estadísticamente cayeron en la indigencia 643.000 niños.
“Es la primera vez que vemos un incremento estadístico muy importante en la indigencia”, advirtió Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo en Unicef Argentina. Además, el informe analizó el recorte del gasto público en partidas destinadas a niñez y adolescencia, una tendencia que se extiende a los últimos años pero que se radicalizó con la llegada de Milei en 2024.
El año pasado, ya significó una caída de 10 puntos: pasó de representar un 22% del PBI al 19,5% del PBI respecto a 2022. Pero en 2024, con los recortes oficiales y la prórroga del Presupuesto 2023, “el crédito vigente se redujo de un equivalente del 19,5% del PBI en 2023 al 5,3% en 2024. En términos reales, es una caída del presupuesto del 74,1%”, señaló Waisgrais.