En el primer viernes del mes sagrado del Ramadán, que comenzó el pasado lunes, el grupo radical palestino Hamás envió a Israel una nueva propuesta de tregua en Gaza dividida en dos fases, en la que mantiene el fin permanente de la guerra, pero muestra mayor flexibilidad en el intercambio de presos palestinos por rehenes israelíes y la liberación de mujeres.
El nuevo borrador “busca poner fin a la guerra de genocidio que realiza la ocupación contra la Franja de Gaza desde el 7 de octubre”, según detallaron fuentes conocedoras del borrador desde El Cairo, Egipto. En la primera fase del acuerdo serían liberadas todas “las mujeres, niños, enfermos y ancianos” israelíes secuestrados a cambio de entre 700 y 1.000 prisioneros palestinos. Además, en esta primera fase -que sería de seis semanas-, también serían puestas en libertad todas “las mujeres soldado” cautivas a cambio de unos 100 presos palestinos “en cadena perpetua”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó haber recibido una “visión integral de un acuerdo de tregua” propuesta por Hamás, pero reiteró que las demandas del grupo vuelven a ser “poco realistas”.
Ante la presión de propios y extraños para que acepte el borrador, al inicio de la reunión semanal del Gobierno de ayer, Netanyahu lanzó un mensaje a los “amigos de la comunidad internacional”: “Les pregunto: ¿Tan corta es su memoria? ¿Tan rápido se olvidaron del 7 de octubre, la masacre de judíos más horrible desde el Holocausto? ¿Tan rápido están dispuestos a negar a Israel el derecho a defenderse contra los monstruos de Hamás? ¿Tan rápido habéis perdido vuestra conciencia moral?”.
Netanyahu cargó además contra “algunos en la comunidad internacional” por “tratar de acabar la guerra antes de que se hayan cumplido todos sus objetivos”, lanzando “falsas acusaciones” contra él, su Ejecutivo y el ejército.