Los ecos sobre las amenazas que afronta la Unión Europea (UE) son cada vez más sonoros. Ahora, cuando las tropas rusas proyectan otra gran ofensiva sobre Ucrania, los líderes del bloque llaman a preparar a la sociedad para afrontar “todos los peligros” y crisis.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 Estados miembros de la UE debatieron ayer en una reunión en Bruselas cómo financiar el rearme europeo —sobre la mesa está una propuesta estonia de emitir eurobonos— y las fórmulas para poner en marcha ese refuerzo militar e impulsar la industria de defensa, que sigue la senda de una metamorfosis marcada por la invasión rusa, por las amenazas de Vladímir Putin al club comunitario y por un tablero global convulso.
Los riesgos no están solo en los peligros militares, sino en cualquier circunstancia, incluida las amenazas a la salud pública, como reclamó España, por lo que hablar de la preparación de la sociedad civil marca un cambio de patrón en la UE.
“El Consejo Europeo subraya la necesidad imperativa de mejorar y coordinar la preparación militar y civil y la gestión estratégica de crisis en el contexto del cambiante panorama de amenazas”, dijeron los líderes en la declaración de la cumbre de ayer. “Debemos lanzar un mensaje contundente a Rusia”, dijo el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. “Necesitamos fortalecer nuestra capacidad de disuasión, reforzar la industria de la defensa y articular una estrategia europea de la defensa”, agregó.
En ese marco, la Comisión Europea encargó al ex presidente de Finlandia Sauli Niinisto un informe sobre cómo mejorar la preparación civil y de defensa de Europa. Su país, que comparte más de 1.000 kilómetros de frontera con Rusia, tiene cimentada una estrategia de defensa civil desde hace décadas que incluye la preparación para crisis militares, amenazas híbridas y desastres naturales.
Los servicios de inteligencia de Alemania advirtieron por su parte que Rusia puede atacar a un país de la UE en 2026; una advertencia similar a la que hicieron antes Suecia, Estonia o Dinamarca, donde se empezará a llamar a mujeres al servicio militar.
Lluvia de misiles sobre Kiev
Ucrania anunció haber derribado ayer 31 misiles rusos dirigidos a Kiev, en el mayor ataque contra la capital en las últimas semanas, después de que Moscú prometiera vengarse de los bombardeos ucranianos en las regiones fronterizas rusas.
Tras estos ataques en la capital ucraniana y su región, que causaron 17 heridos, el presidente Volodimir Zelenski pidió una vez más a sus aliados occidentales más sistemas antiaéreos, coincidiendo con una cumbre de la UE en Bruselas.
“Este terror sigue día y noche”, afirmó el mandatario en un mensaje en Telegram. Pero “es posible acabar con ello”, si hay una “unidad mundial”, agregó. “Ucrania necesita esta protección ahora. De Kiev a Járkov, de Sumi a Jerson, de Odesa a la región de Donetsk. Es totalmente posible si nuestros socios muestran suficiente voluntad política”, insistió.
El ejército ruso, en tanto, aseguró haber apuntado a “centros de decisión, bases logísticas y puntos de despliegue temporal” de las fuerzas ucranianas, y aseveró igualmente haber alcanzado “todos sus objetivos”. Por su parte, el canciller ucraniano, Dmitro Kuleba, pidió al Congreso de Estados Unidos “salvar vidas” liberando US$ 60.000 millones de ayuda para Kiev.