Se celebró ayer 26 de marzo el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino (CCU), una oportunidad para concientizar sobre la importancia de los cuidados y controles para su prevención. El cáncer cervicouterino se produce por un crecimiento anormal de las células del cuello del útero causado casi en su totalidad por algunos tipos de VPH (Virus de Papiloma Humana).
Se transmite por contacto sexual, particularmente a partir de relaciones sin protección, y afecta tanto a mujeres como a varones. Si bien en la mayoría de los casos el organismo logra eliminar el virus exitosamente, cuando se prolonga la infección de un virus de alto riesgo, pueden originarse distintos tipos de cáncer, principalmente el de cuello uterino.
En Argentina cada año se diagnostican aproximadamente 5.000 casos nuevos y 2.000 mujeres mueren por esta causa.
Daniela Calvo, referente del Programa de Cáncer de Cuello Uterino del Ministerio de Salud de la provincia, expresó: “Es importante realizar los controles ginecológicos, ya que permiten prevenir y detectar en forma precoz patologías”.
“Es importante volver al centro de salud en donde se realizó el examen para conocer el resultado y recibir indicaciones para un tratamiento oportuno”, resaltó la referente.
Esta es una enfermedad que puede prevenirse y las acciones más relevantes para disminuir la incidencia y mortalidad son la vacunación contra el VPH, el uso de preservativo y los controles ginecológicos que incluyen el Papanicolaou, que detectan la enfermedad en etapas tempranas y asintomáticas.
Con respecto a la vacuna contra el VPH, vale recordar que se incorporó al Calendario Oficial Nacional, y se coloca a niñas y niños de 11 años, con vacuna tetravalente, junto a las otras vacunas que se colocan antes del ingreso a la secundaria (triple bacteriana, triple viral, hepatitis B).
Vale subrayar que el uso del preservativo o campo de látex, de manera adecuada, en todas las relaciones sexuales, previene distintas infecciones y en gran medida la transmisión del VPH, además de embarazos no intencionales.
En este sentido, el Papanicolau (Pap) es un estudio sencillo que detecta lesiones en el cuello del útero, lo que permite tratarlas antes de que se conviertan en cáncer. Se recomienda realizar este estudio a todas las personas con útero de entre 25 y 69 años.
Además, desde hace un tiempo se empezó a implementar el test de VPH cobas, para personas con útero mayores a 30 años, excepto personas gestantes, que permite identificar la presencia del virus en las células del cuello uterino incluso antes de que se produzcan las lesiones que se detectan mediante el Pap.
Cabe destacar que los centros de salud de la provincia se encuentran disponibles durante todo el año, con el objetivo de garantizar el acceso a los servicios.