El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró ayer, cuando se cumplieron seis meses de guerra en la Franja de Gaza, que no habrá un acuerdo de tregua si no vuelven a casa los 133 rehenes que siguen en manos de Hamás, y añadió que Israel no cederá ante las “exigencias extremas” de los islamistas.
“Dejé claro a la comunidad internacional: no habrá alto el fuego sin el regreso de los secuestrados. Simplemente no sucederá”, dijo Netanyahu en un discurso antes de reunirse con su gabinete, y recordó que la Administración del presidente norteamericano, Joe Biden, comparte su misma opinión. Además, añadió que Israel no se opone a un acuerdo de tregua y culpó a Hamás de “exigencias extremas” cuyo objetivo es poner fin a la guerra “para garantizar su supervivencia, su rehabilitación, (y) su capacidad de poner en peligro” a los ciudadanos y soldados israelíes de nuevo.
“Ceder a las exigencias de Hamás le permitirá intentar repetir una y otra vez los crímenes del 7 de octubre, como prometió hacer”, dijo, pidiendo presión internacional contra Hamás y no contra Israel. En tanto, el ejército israelí anunció que retirará sus tropas del sur de Gaza, pero que no renuncia a una ofensiva en la sureña ciudad de Rafah, donde se estima que hay más de 1,5 millones de palestinos que huyeron de los combates en el norte.
“Hoy, domingo 7 de abril, la 98ª división de comandos de las IDF [fuerzas de defensa de Israel] concluyó su misión en Khan Yunis. La división abandonó la Franja de Gaza para recuperarse y prepararse para futuras operaciones”, declaró el ejército en un comunicado. Por otro lado, el ejército israelí afirmó este domingo que completó una “nueva fase” de preparación por si hay una “guerra” en el norte del país, en la frontera con Líbano, donde se intensifican los enfrentamientos con Hezbollah.