SAN SALVADOR.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dio el domingo un ultimátum de una semana a la Asamblea Legislativa de mayoría opositora para que apruebe un préstamo para seguridad, tras hacer una polémica irrupción en el Congreso acompañado de militares fuertemente armados.
La situación desató un estado de alarma internacional, ya que el enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo amenaza con derivar en un quiebre del orden constitucional. La disputa es por un crédito que será usado para equipar al Ejército y la Policía, y que es clave para el plan del Gobierno contra las pandillas. Bukele irrumpió el domingo en el Parlamento –convocado por él de forma extraordinaria– acompañado de militares de asalto y agentes de la Policía Nacional Civil para exigir a los legisladores que aprueben el préstamo de 109.000.000 de dólares.
Les pido paciencia, si estos sinvergüenzas (los diputados) no aprueban esta semana el Plan Control Territorial los volvemos a convocar el domingo (que viene)”, aseguró el mandatario a la población desde el estrado, donde se dirigió a los legisladores y aseveró que la decisión que vamos a tomar ahora la vamos a poner en manos de Dios”. Afuera, miles de seguidores se congregaron al grito de ¡Insurrección, insurrección!”, acompañados de un fuerte operativo militar.
Si los diputados no aprueban el préstamo (…), el pueblo deberá poner en práctica el artículo 87 de la Constitución”, amenazó luego Bukele, en referencia a una legislación que reconoce el derecho del pueblo a la insurrección” para restablecer el orden constitucional alterado por la transgresión de las normas relativas a la forma de gobierno o al sistema político establecidos”. La oposición exigió luego la intervención de la OEA para frenar lo que consideró un autogolpe de Estado”.