El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está haciendo caso omiso de la resistencia de los principales funcionarios israelíes al presionar a Israel y Hamás para que lleguen a un acuerdo en tres fases que podría traer de inmediato a casa a decenas de rehenes israelíes, liberar a prisioneros palestinos y quizás incluso conducir a un final de la guerra de Gaza, que ya dura casi ocho meses.
El gran giro de Biden -en plena batalla por la reelección- podría demostrar también a una parte significativa de su base política, desmoralizada por su gestión del conflicto, que pone de su parte para poner fin a una guerra que mató a más de 36.000 palestinos y dejó a cientos de miles luchando por cubrir sus necesidades básicas. Funcionarios de la Casa Blanca afirmaron el lunes que la decisión de Biden de hacer pública lo que describe como una propuesta israelí -justo un día después de que fuera entregada a Hamás- estaba impulsada por el deseo de poner al grupo extremista palestino en un aprieto.
Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, sumó ayer su apoyo a la propuesta estadounidense. “Cualquier iniciativa que conduzca a un alto el fuego que permita poner fin a lo que está sucediendo ahora es, por supuesto, bienvenida. Solo podemos esperar que eso se logre porque la situación humanitaria no se puede describir con palabras… no hay seguridad en ningún lugar de Gaza”, dijo en referencia a la hoja de ruta presentada por Joe Biden. La crisis en el enclave palestino ya se ha vuelto mucho “más que precaria” y “más que catastrófica”, insistió.
En tanto, la Unión Europea también instó a las partes a que acepten la ‘hoja de ruta’ presentada por el presidente de Estados Unidos. “La UE insta a ambas partes a aceptar y cumplir la propuesta en tres fases y está dispuesta a contribuir para reactivar un proceso político a fin de establecer una paz duradera y sostenible basada en la solución de dos Estados, y a apoyar un esfuerzo internacional coordinado para reconstruir Gaza”, expresó el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell.
Borrell indico que es “urgente” el establecimiento de un “alto el fuego duradero para garantizar la protección de los civiles, la liberación incondicional e inmediata de todos los rehenes cuya seguridad y bienestar son motivo de preocupación y para aumentar el flujo de ayuda humanitaria” debido a una “profundización de la crisis humanitaria”.
Preocupa la situación de los rehenes israelíes
Un tercio de los rehenes israelíes todavía retenidos por Hamás en Gaza murieron, es decir, 43 de 120. La estimación figura en un recuento realizado por el gobierno israelí y del que informaron los medios internacionales citados por el Jerusalem Post.
Los datos -se explicó- se basan en diversas fuentes, entre ellas información de inteligencia, cámaras de circuito cerrado o vídeos y análisis forenses. La liberación de los 120 rehenes, incluidos los cadáveres de los 43 muertos estimados, forma parte del acuerdo entre Hamás e Israel, relanzado por el presidente estadounidense, Joe Biden.
Hamás, que amenazó al comienzo de la guerra con ejecutar a rehenes en represalia por los ataques aéreos israelíes, alegó desde entonces que los bombardeos de las FDI provocaron la muerte de rehenes. Israel no descartó eso en todos los casos, pero dijo que algunos cuerpos de rehenes recuperados mostraban signos de ejecución.