El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó ayer a Estados Unidos de “retener” armamento. “Es inconcebible que en los últimos meses la Administración haya estado reteniendo armas y municiones a Israel”, dijo el mandatario israelí.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró en una conferencia de prensa que aunque el envío de ese paquete sigue “en revisión”, no hay cambios respecto al respaldo mostrado al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.
Las fuerzas israelíes siguen, además, con las operaciones contra la ciudad de Rafah, en el extremo sur, a pesar de haber anunciado el domingo una “pausa táctica” de las actividades para permitir la entrada de ayuda humanitaria. En esa línea, aseguraron haber asesinado con 500 combatientes de Hamás.
En paralelo, en Jerusalén miles de manifestantes exigieron en las calles la salida del actual gobierno, el fin de la guerra en Gaza y la devolución de los rehenes israelíes. Ayer se produjo la segunda manifestación ante el Parlamento israelí, mientras que hoy habrá otra protesta cuya localización está aún por anunciar, y el jueves, las denuncias se trasladarán a casa del primer ministro Netanyahu en Jerusalén.
El lunes, se celebraron dos mitines también en Jerusalén. Uno a los pies de la residencia de Netanyahu, el otro, a los pies de la Knesset, el Parlamento israelí, en manifestaciones que culminaron en incidentes por la noche. Tres personas fueron hospitalizadas y al menos nueve fueron detenidas en las multitudinarias protestas.