BERLÍN. – La sociedad alemana quedó nuevamente conmocionada ayer por un doble atentado ultraderechista que ocurrió en Hanau el miércoles a la noche, cuando Tobias Rathjen, un fanático de 43 años, abrió fuego en un bar frecuentado por extranjeros, antes de dirigirse a otro local donde volvió a atacar a los clientes, dejando un total de nueve muertos y cuatro heridos graves.
En un país donde las tendencias políticas ultraderechistas están en franco ascenso pese a los estigmas de su pasado nazi, el atentado xenófobo despertó los peores fantasmas: El racismo es un veneno, el odio es un veneno. Y este veneno existe en nuestra sociedad”, lamentó ayer la canciller Angela Merkel en un mensaje televisado, donde evocó una serie de atentados de las últimas dos décadas ligados al terrorismo de extrema derecha y al fanatismo religioso.
La policía ya había encontrado el auto con que el atacante se dio a la fuga, algo que permitió localizar también su domicilio, donde hallaron el cadáver del autor junto al arma homicida y a su madre, de 72 años, también sin vida. Ambos con heridas de bala. El atacante había dejado una carta y publicó un vídeo en el que mezcla teorías conspirativas con delirios xenófobos: en su relato autobiográfico, explica cómo empezó a sentirse vigilado por los servicios secretos, con agentes capaces de leer la mente”. Después, ataca a diversos grupos étnicos y concluye que expulsar a los migrantes de esos países no es la solución, así que directamente aboga por aniquilar” a pueblos enteros de hasta 24 países de África y Asia.
Las víctimas, que tenían entre 21 y 44 años, eran precisamente de nacionales como Turquía (cinco), Rumania, Bulgaria, Afganistán o Bosnia. Nuestros debates políticos no pueden obviar el hecho de que hay terrorismo de ultraderecha en Alemania 75 años después de la dictadura nazi. Tenemos que defender nuestra democracia liberal”, reclamó el vicecanciller Olaf Scholz.
Como signo preocupante de los tiempos, ayer a la mañana un nuevo ataque xenófobo se registró en la mezquita central de Londres, donde el muecil de 70 años, encargado de recitar las oraciones, fue apuñalado por un hombre de 29 años, que luego fue detenido.