Nuevos datos de la recesión económica confirmaron ayer que el ansiado inicio de la recuperación de la actividad industrial se hará esperar, ya que el desplome se mantuvo en mayo. En efecto, un informe de Orlando J. Ferreres mostró una caída interanual industrial del 9,8% el mes pasado, que respecto a abril fue también del 1% mensual, lo que confirma que la economía está lejos de rebotar en forma de “V” corta como afirma el Gobierno.
La industria manufacturera fue uno de los sectores que tuvieron el impacto más pronunciado en la profundización de la recesión: recordemos que el Producto Bruto Interno cayó 5,1% en los primeros tres meses de 2024, y el sector fabril tuvo el segundo derrumbe más elevado (-13,7%), después de la construcción (-19,7%), que ayer salió a reclamar respuestas al gobierno de Javier Milei.
Los primeros datos privados de mayo confirman la escalada recesiva. En efecto, Ferreres midió una caída de casi dos dígitos en forma interanual y un retroceso del 1% en comparación con abril para mayo. Este dato es clave, ya que la medición desestacionalizada mes a mes permite observar si existe un cambio de tendencia, algo que aún no se observa. El análisis arrojó además que en los primeros cinco meses del año, la actividad acumula una contracción del 9,2% en comparación a 2023.
“La actividad industrial retrocedió en mayo, aunque no volvió a tocar el piso que había encontrado en marzo. Así, la serie desestacionalizada marcó una baja de 1% mensual, quedando 3,1% por debajo del nivel que tenía en diciembre. En la comparación anual, la caída fue de -9,8%, donde las mayores contracciones se produjeron en maquinaria y equipo (-23,8%), Minerales no metálicos (-25,8%), y metales básicos (-33,5%)”, indicó OJF.
“Para los próximos meses anticipamos que continuará la oscilación de la actividad industrial en torno a los niveles bajos actuales. Esperamos que un eventual cambio de tendencia y comienzo de recuperación se produzca cuando la desaceleración de la inflación dé lugar a una mejora de los ingresos de las familias y a una recomposición de la demanda interna”, completó la consultora dirigida por Ferreres y Fausto Spotorno, uno de los miembros del consejo de asesores económicos de Milei.
Hace algunos días, la Fundación Fiel también había detectado una caída pronunciada interanual del 10,9% en mayo, mayor a la de OJF, pero una recuperación de 1% mensual respecto a abril. Sin embargo, en la medición de los primeros cinco meses, el desplome industrial fue de 11,2%, de acuerdo al informe de ese centro de estudios. “Si bien la industria habría detenido su caída, el freno de plantas y turnos durante la tercera semana de junio y el anticipo de nuevas paradas en julio en actividades puntuales, ralentizarán la recuperación cíclica de la industria”, anticipó Fiel.
Ante este panorama, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, advirtió que “hay que tener cuidado con confundir sectores que detuvieron su caída con la aparición de brotes verdes”, en una clara crítica al discurso oficial. “La situación es heterogénea. Tenemos también rubros con caídas desde el 20% al 40% respecto a los niveles del año pasado. No estamos hablando de brotes verdes. Estamos hablando de que algunos sectores parecen haberse detenido”, agregó el directivo y reclamó “igualdad de condiciones para la industria nacional” en los beneficios de la Ley Bases.
La mirada pesimista se extiende a las grandes empresas: la metalúrgica Acindar, que detuvo las operaciones en su planta de Villa Constitución y otras instalaciones industriales, acordó con el sindicato del sector un esquema de suspensiones por el cual los empleados trabajarán solo dos de los últimos seis meses del año. La empresa, una de las mayores metalúrgicas del país, reportó una reducción del 45% en las ventas, lo que “obliga a disminuir las horas de producción”.
Fuertes reclamos desde la construcción
El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, advirtió ayer sobre la fuerte crisis que atraviesa el sector en medio del freno a la obra pública y la recesión, que comparó con la crisis de 2001.
“La situación es gravísima”, resumió Weiss al abrir la tradicional convención anual de Camarco, donde advirtió que la construcción es el sector más afectado por la recesión: su actividad se desplomó un 19,7% en el primer trimestre y explicó casi el 60% de la pérdida de puestos de trabajo desde la asunción de Milei.
“Hay muchas empresas complicadas en su continuidad, por el tamaño de sus endeudamientos. Nadie puede sobrevivir facturando cero”, señaló Weiss, quien reclamó al Gobierno por la deuda que mantiene el Estado con las empresas constructoras por $ 400.000 millones, correspondientes a septiembre, octubre y noviembre del año pasado. Se trata de unas 3.500 obras paralizadas. Weiss insistió en que “lo primero que necesitan las empresas es que se les pague”.