Después de seis meses de idas y venidas constantes, que incluyó reveses y frustraciones para el oficialismo, el Gobierno celebrará mañana la aprobación definitiva de la Ley Bases y el paquete fiscal, que ayer fueron refrendados con dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados.
El cuerpo que preside Martín Menem sesionará desde el mediodía de mañana, y hay un acuerdo entre La Libertad Avanza y los dialoguistas para aceptar los cambios del Senado, aunque insistirán con la reposición del impuesto a las Ganancias y los cambios en Bienes Personales.
En el caso de la Ley Bases, se resolverá mediante una única votación de todo el texto, respaldando la totalidad de las modificaciones aplicadas por el Senado, lo que incluye también el paquete de privatizaciones sin Aerolíneas Argentinas, el Correo y los medios públicos.
Sin los votos suficientes tras la declinación de Hacemos Coalición Federal y una parte importante del radicalismo (que adujeron cuestiones de índole reglamentaria para justificar sus posturas) el oficialismo debió conformarse con respaldar el texto del Senado, aunque ya dejó trascender que volverá a la carga más adelante con leyes específicas para privatizar las empresas públicas que quedaron afuera.
Diputados nacionales de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y el socialista Esteban Paulón festejaron ayer junto a trabajadores de esas empresas que al menos en esta instancia el oficialismo haya dejado de lado su intento por privatizarlas.
También quedó afuera del dictamen la eliminación de la moratoria previsional, un tema que traería un fuerte revuelo si se decidiera insistir dado que el capítulo había sido retirado del texto que se sometió a consideración en el Senado.
De esta manera, el régimen especial que permite regularizar deudas previsionales y otorgarles la jubilación a personas que no llegaron a los 30 años de aportes al SIPA, seguirá vigente. .
El dictamen del paquete fiscal incluye la insistencia de Ganancias y Bienes Personales, pero se votará primero en general y después los artículos de Ganancias y Bienes Personales por separado.
Hasta ayer, en la tropa de La Libertad Avanza y en los bloques dialoguistas daban a entender que la restitución del impuesto a las Ganancias estaba en la cuerda floja, pero con el correr de las horas se fue afinando el poroteo y aparecieron los votos, a cuentagotas, lo cual trajo alivio.
La presión que ejercieron los gobernadores de distintos signos políticos, que ayer marcaron la cancha en el Consejo Federal de Inversiones, fue un factor que influyó para arrimar los votos que estaban faltando.
Si bien al oficialismo no le sobra nada, solamente precisará de la mayoría simple de las voluntades (mitad más uno de los presentes) para rescatar Ganancias, lo cual alienta las perspectivas de triunfo.
La base que sustenta la expectativa oficial es similar a la conseguida en la media sanción de fines de abril, cuando se consiguieron 132 votos afirmativos.
Más allá de cuál sea el formato final que adopten las iniciativas de Bases y Fiscal, Javier Milei tendrá al cabo de la sesión su primer par de leyes aprobadas.
Si bien el número es exiguo, la sanción definitiva será un hito y un punto de inflexión en su gestión por el volumen de reformas que contiene cada una de esas dos leyes, que para el presidente constituyen las cajas de herramientas necesarias para reparar los daños en la economía argentina.
Más allá del contenido de las reformas, la mayoría de las cuales le quedaba igualmente al Poder Ejecutivo a tiro de decretos, lo verdaderamente relevante de la sanción definitiva, habiendo transcurrido engorrosos seis meses desde que la Ley Bases fue presentada, es el mensaje político que logra irradiar hacia afuera, en especial hacia los inversores.
En un escenario de semejante inestabilidad económica, con el riesgo PAIS disparado, las acciones y bonos argentinos en picada y el dólar paralelo en valores récord, la noticia de que el Gobierno logró domar al sistema político mediante acuerdos parlamentarios que cristalizaron en leyes insignia, no es poca cosa para Milei y un Gobierno que navega sobre aguas inciertas.