Después de más de dos meses de discusiones, la Cámara de Diputados brasileña, con 336 votos a favor y 142 en contra, aprobó el primer proyecto que regula la reforma fiscal.
El ponente fue el diputado del Partido de los Trabajadores, el PT de Lula, Reginaldo Lopes. La nueva reforma fiscal, que entrará definitivamente en vigor en 2033 con una fase de transición a partir de 2026, fue elaborada con la idea de racionalizar el complejo sistema tributario brasileño, que hasta ahora incluía una red de múltiples impuestos municipales, regionales y estatales.
En la arquitectura de la nueva reforma, algunas cuestiones han encendido el debate. En primer lugar, la inclusión en la canasta básica de la carne, que goza actualmente de una desgravación del 60% en la canasta básica.
En cuanto a los medicamentos humanos, 383 gozarán de una reducción total de impuestos, mientras que el resto tendrá garantizada una tasa reducida.