El ex presidente de Estados Unidos Donald Trump se siente afortunado y consideró hoy que «debería estar muerto» luego del intento de asesinato que sufrió el sábado pasado durante un mitin en Pensilvania.
«No se supone que debería estar aquí, se supone que debería estar muerto», expresó Trump, al hablar por primera vez tras el atentado, en una entrevista concedida a The New York Post, a pocas horas de la convención del Partido Republicana que se iba a celebrar en Milwaukee.
«Lo más increíble fue que no sólo giré (mi cabeza) sino que giré en el momento exacto y en la cantidad justa», expresó y agregó que la bala que rozó su oreja podría haberlo matado fácilmente.
Luciendo un gran vendaje blanco en la oreja derecha, Trump describió que mientras giraba ligeramente la cabeza para leer un gráfico sobre los inmigrantes indocumentados, una bala que pretendía acabar con su vida erró su blanco.
Trump se refirió a la «experiencia muy surrealista» que casi terminó con su vida durante una entrevista a bordo de su avión privado en ruta a Milwaukee.
El líder republicano aseguró que cambió el enfoque de sus futuros discursos, que virarán de la virulencia contra su rival, el presidente Joe Biden, a un llamado a la unidad.
«Quiero intentar unir a nuestro país», transmitió Trump a The Post, aunque reconoció las divisiones profundamente arraigadas en la nación.
Al reflexionar sobre la angustiosa experiencia en la que fue fundamental la acción del Servicio Secreto para neutralizar al tirador, el asesor principal de la campaña de Trump, Jason Miller, expresó la enorme gratitud del expresidente. «Se siente muy afortunado», dijo Miller al programa «Today» de la NBC.
«Y como él dijo, es sólo por la gracia de Dios que él todavía está con nosotros. Es milagroso que el presidente Trump haya girado la cabeza apenas un poquito en el momento justo para evitar la bala (…) Y el mensaje que el presidente Trump está transmitiendo con esto es muy simple: tenemos que unir a Estados Unidos. Tenemos que unir al país», declaró Miller.