“Que se tome una manzanilla”, le respondió ayer el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien había expresado su preocupación por advertencias del mandatario venezolano sobre un “baño de sangre” si la oposición gana las elecciones presidenciales del domingo. “Yo no dije mentiras. Solo hice una reflexión. El que se asustó que se tome una manzanilla”, clamó Maduro sin mencionar expresamente a Lula.
“En Venezuela va a triunfar la paz, el poder popular, la unión cívico-militar-policial perfecta”. El mandatario hizo referencia al ‘Caracazo’, un estallido social en febrero de 1989 que dejó miles de muertos según denuncias, aunque el saldo oficial fue de unos 300 fallecidos.
Lula da Silva sostuvo que se asustó con las advertencias del mandatario venezolano. “Me asusté con las declaraciones de Maduro, de que si él pierde las elecciones habrá un baño de sangre. Quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre”, afirmó el presidente brasileño.
Cabe mencionar que, además del presidente brasileño, los países amigos del régimen venezolano, como México, Colombia, Nicaragua, Cuba y Bolivia, han adoptado posiciones variadas respecto a la crisis venezolana. “La comunidad internacional necesita que en Venezuela las cosas se arreglen para que efectivamente pueda haber una relación cordial”, afirmó Oswaldo Ramírez, un reconocido consultor político venezolano.