El asesinato de Susana Montoya, la viuda de Ricardo Fermín Albareda, subcomisario de la Policía desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, aún no tiene detenidos y la Justicia no descarta ninguna hipótesis. Asimismo, la amenaza que rezaba “Los vamos a matar a todos. Ahora vamos por tus hijos #Policia”, escrita en la pared de la vivienda de barrio Ampliación Poeta Lugones, encendió las alarmas de los organismos de Derechos Humanos y gremios locales.
En ese marco, Fernando Albareda, hijo de Susana y Ricardo, contó sobre el aterrador ataque: “A mi mamá le reventaron la cabeza a ladrillazos, la apuñalaron en el cuello y no sé qué más”. En tanto, con respecto a los motivos del crimen, estos todavía no fueron esclarecidos.
Cabe recordar que Fernando, militante de Hijos (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) denunció haber recibido amenazas continuas. La última que había hecho pública tuvo lugar en diciembre, horas antes de la asunción del presidente Javier Milei.
Tras conocerse el crimen, los organismos de derechos humanos y diferentes gremios manifestaron su repudio al asesinato, pidieron protección para la familia y reclamaron el pronto esclarecimiento del caso. En tanto, desde Hijos agregaron: “Los discursos de odio que circulan en nuestra sociedad son un peligro latente cuando pasan a la acción”.
En la misma línea se manifestaron desde la CGT Córdoba, que, a través de un comunicado, destacaron una “degradación de la cultura política y convivencia democrática”. Y agregaron: “Los ‘tuits’ e intervenciones alucinadas e irresponsables del presidente de la nación alentando a la violencia, contra los opositores o los que piensan distinto, lamentablemente producen estos frutos”.
Por su parte, la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS) y la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) también manifestaron su repudio al crimen. Al rechazo se sumó el diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Carro, mientras que el Frente Cívico presentó un proyecto de declaración en la Unicameral en la misma dirección.
El interrogante de la puerta abierta desvela a la Justicia
Entre el jueves por la noche y la mañana del viernes se produjo el crimen contra Montoya (74). La mujer fue golpeada en la cabeza y recibió una herida de cuchillo en el cuello. Fue su hijo quien dijo que él mismo la encontró en el patio ya muerta.
Desde el entorno familiar pidieron que “se investigue a todo el mundo” y se mostraron sorprendidos por la difusión, mediante el Boletín Oficial, que tuvo una medida de reparación que implicaba el pago de una cifra millonaria a Montoya por ser viuda del ex policía desaparecido. Como esa cifra todavía no había sido cobrada, pero sí había sido informada, la familia cree que el resentimiento marcado por tintes ideológicos podría haber guiado a agentes de la fuerza a cometer el crimen.
Por otra parte, el hecho de haber encontrado la puerta de rejas de la casa de Montoya abierta podría tener que ver con con un pedido de acceso a la vivienda de alguien confiable. En esta línea los allegados de la familia sostienen que podría haber sido una autoridad a quien la víctima le abrió la puerta, la cual siempre permanecía cerrada, según se informó.