En junio de 2024, las ventas en supermercados registraron una baja del 7,3% interanual a precios constantes, de acuerdo con el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Esta caída en las ventas refleja la crisis del consumo que atraviesa el país, que sigue sin encontrar alivio en las políticas implementadas por el gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo.
En este marco, el acumulado del primer semestre del año muestra una disminución del 11,6% en términos reales, evidenciando que las medidas de ajuste y liberalización económica no están logrando revertir el deterioro del poder adquisitivo de los argentinos.
Por otro lado, el índice desestacionalizado del sexto mes del año muestra una variación cercana a cero respecto a mayo, lo que sugiere que, si bien las ventas dejaron de caer a un ritmo acelerado, no se ha producido ninguna recuperación significativa. A esto se suma una baja del 0,3% en el índice tendencia-ciclo, lo que refleja una contracción persistente del consumo.
A precios corrientes las ventas en supermercados sumaron $ 1.534.137,9 millones, lo que implica un incremento nominal del 260,3% respecto del mismo mes del año pasado. Sin embargo, esta cifra está lejos de ser un signo de recuperación, ya que indica principalmente el impacto de la inflación, que ha disparado los precios de los bienes básicos.
En términos nominales, las mayores subas se registraron en productos esenciales, como los artículos de limpieza y perfumería (301,2%) y lácteos (283,9%). Tales incrementos no representan un mayor consumo, sino que son producto del fuerte aumento de precios que golpea con mayor crudeza a los sectores más vulnerables de la población.
En este contexto, el financiamiento se ha vuelto una tabla de salvación precaria para muchas familias, que ante la caída de sus ingresos, recurren cada vez a las tarjetas de crédito, con un aumento interanual del 331,7%. Esto, lejos de ser una señal positiva en el consumo, muestra la creciente dependencia de las familias en el endeudamiento para cubrir necesidades básicas. Las ventas en efectivo, por su parte, representan solo el 17,3% del total, mientras que las compras con tarjeta de débito crecieron un 245,5% interanual.