La Unión Europea es invisible en Oriente Medio, aunque se esté jugando en la región el estallido de crisis que pueden ponerla de rodillas. La división europea, con una Alemania que sigue a rajatabla el dictado estadounidense, una Italia que con Meloni no termina de encontrar el sitio, una Francia preocupada por su antiguo protectorado libanés y una España que exige ya sanciones comerciales contra Israel, llevan al bloque a no pesar nada en un momento gravísimo en el que las cancillerías temen una guerra generalizada si estallan las hostilidades entre Israel e Irán.
Mientras las tropas israelíes atacan esporádicamente a los cascos azules, la mayoría italianos, franceses y españoles, impotentes ante el fuego cruzado entre Israel y el Hezbollah libanés, la voz de Europa es inaudible. O, como dijo el canciller luxemburgués Xavier Bettel, “nadie nos escucha, somos confeti”.
Los europeos se reunieron ayer con los países del Golfo Pérsico- o CCG según sus siglas- (Arabia Saudí, Baréin, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar) en Bruselas, en la previa de una cumbre europea de dos días centrada en migraciones para celebrar una “nueva era” en las relaciones entre dos regiones estratégicas y de fuertes intereses compartidos, tanto geopolíticos como económicos.
Luego difundieron una larga declaración conjunta que supone un juego de delicados equilibrios para tocar todos los problemas que “preocupan” a las dos regiones, con el compromiso de buscar soluciones —como el llamamiento conjunto a un alto el fuego inmediato en Oriente Próximo—, pero sin llegar a realizar condenas rotundas a algunos de los actores más destacados, desde Rusia a Irán o Israel.
“Los líderes no han rehuido reconocer que las dos partes tienen visiones distintas en algunas cuestiones”, señalaron fuentes de la UE y corroboraeron el CCG. Aun así, “están de acuerdo en que ambos bloques buscan contribuir a la prosperidad, la paz y la cooperación”, agregaron. “Hemos logrado encontrar un lenguaje común para las cuestiones más apremiantes”, celebró al respecto el alto representante para Política Exterior, Josep Borrell.
Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anunció en el Parlamento italiano que mañana viajará al sur del Líbano para visitar y sostener al contingente italiano de 1.200 soldados de la fuerza de paz e interposición de las Naciones Unidos (Unifil) que suman 10.000 hombres que Israel quiere obligar a evacuar la zona.
Israel volvió a bombardear Gaza y el Líbano
La tensión en Oriente Medio no cesa: el Ejército de Israel afirmó ayer que mató al jefe de la unidad de drones de Hamás, Mahmud al Mabhouh, en el norte de la Franja de Gaza. En paralelo, ataques aéreos israelíes golpearon diferentes partes de Líbano, incluida Beirut, y mataron al menos a 21 personas, según dijeron las autoridades.
Según se informó oficialmente, al Mabhouh era el responsable de “dirigir ataques con vehículos aéreos no tripulados hacia territorio israelí y tropas”. El Ejército israelí retomó en las últimas dos semanas su ofensiva en el norte de la Franja ya arrasado, donde ha ordenado nuevas evacuaciones de población civil, hasta las puertas de ciudad de Gaza, y con los principales hospitales de la zona cercados por las tropas.
La ofensiva se desarrolla con particular dureza, otra vez, en el campo de refugiados de Yabalia, que lleva 12 días sitiado con más de 350 muertos. En tanto, el primer ministro en funciones de Líbano, Najib Mikati, acusó a Israel de “atacar de forma deliberada” una reunión del consejo municipal sobre las labores de ayuda y acusó a la comunidad internacional de guardar “silencio de forma deliberada” sobre los ataques israelíes que han matado a civiles y los ataques a fuerzas de paz de Naciones Unidas.