En un hallazgo que podría reescribir las teorías sobre la formación de planetas, un equipo internacional de científicos ha descubierto TOI-3568 b, un planeta tipo súper-Neptuno que orbita a una distancia sorprendentemente cercana a su estrella anfitriona.
Esta investigación, publicada en la revista Astronomy & Astrophysics, involucra a destacados astrónomos de Argentina, Brasil, México, Francia, Estados Unidos, Alemania y Canadá, y está co-liderada por Romina Petrucci y Emiliano Jofré del Observatorio Astronómico de Córdoba (UNC) y CONICET.
TOI-3568 b es un cuerpo celeste gigante y gaseoso que presenta características impresionantes: tiene una masa 26 veces mayor que la de la Tierra y un radio 5,3 veces mayor que el de Neptuno. Su órbita es increíblemente rápida, completando un ciclo alrededor de su estrella, una enana tipo K más fría que nuestro Sol, en apenas 4,4 días. Lo que destaca a este planeta es su proximidad extrema a su estrella, a solo 0,05 unidades astronómicas (UA), lo que lo sitúa ocho veces más cerca de su estrella que Mercurio del Sol.
Condiciones extremas y conservación atmosférica
La cercanía de TOI-3568 b a su estrella lo expone a intensas radiaciones ultravioleta extrema, alcanzando temperaturas de hasta 630 °C. A pesar de estas condiciones adversas, el planeta ha logrado mantener su atmósfera rica en hidrógeno y helio durante miles de millones de años, desafiando la noción de que los planetas en entornos tan extremos pierden rápidamente sus envolturas gaseosas.
Este descubrimiento es particularmente relevante debido a que TOI-3568 b se encuentra en lo que se conoce como el «desierto neptuniano», una región en la que los planetas con características similares son extremadamente raros. Normalmente, se asume que los planetas en condiciones similares han perdido gran parte de su atmósfera y se han convertido en planetas tipo súper-Tierra, pero TOI-3568 b es una excepción notable.
Implicaciones para la ciencia planetaria
Romina Petrucci destaca que el descubrimiento de TOI-3568 b permitirá poner a prueba teorías sobre el origen del desierto neptuniano y la estructura interna de los planetas gigantes. Esto podría mejorar nuestro entendimiento sobre la formación y evolución de los sistemas planetarios en ambientes extremos.
TOI-3568 b fue inicialmente identificado como un candidato gracias a los datos del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA. TESS, lanzado en 2018, tiene la misión de detectar exoplanetas a través de la técnica de tránsito, que consiste en observar pequeñas disminuciones en el brillo de las estrellas causadas por planetas que pasan frente a ellas. Sin embargo, la resolución de TESS no es suficiente para confirmar la naturaleza planetaria de los objetos detectados, por lo que se requiere un seguimiento con telescopios terrestres.
Para confirmar y caracterizar TOI-3568 b, el equipo utilizó el espectrógrafo MAROON-X en el telescopio de 8.1 metros del Observatorio Gemini en Mauna Kea, Hawái. Este instrumento permite medir con precisión las variaciones en la velocidad de la estrella, provocadas por la atracción gravitacional del planeta, lo que facilitó la confirmación de su masa y naturaleza gaseosa.
Este hallazgo marca un hito para la astronomía argentina, ya que es la primera vez que se utiliza tiempo de observación argentino en el Observatorio Gemini para detectar un planeta extrasolar. Emiliano Jofré expresó: “Es un hito importante para la astronomía argentina y nuestra participación en este observatorio”.
La importancia de la colaboración internacional
El descubrimiento no solo resalta la importancia del trabajo en equipo internacional, sino que también subraya el papel fundamental del Observatorio Gemini en la investigación de exoplanetas. Luciano García, coordinador de la Oficina del Observatorio Gemini en Argentina, destacó la relevancia de la tecnología avanzada disponible en Gemini para futuros descubrimientos.
“La participación argentina en el observatorio es clave para continuar la búsqueda y caracterización de planetas extrasolares, especialmente aquellos que podrían ser potencialmente habitables”, afirmó García.
El hallazgo de TOI-3568 b no solo desafía las teorías existentes sobre la formación de planetas en el desierto neptuniano, sino que también ofrece una oportunidad única para profundizar en el entendimiento de la evolución de los sistemas planetarios. La combinación de observaciones desde la Tierra y el uso de tecnología avanzada posiciona a la comunidad científica para realizar descubrimientos aún más emocionantes en el futuro.
La investigación de TOI-3568 b es un testimonio del progreso en la astronomía moderna y el impacto de la colaboración internacional. A medida que los científicos continúan explorando el vasto cosmos, descubrimientos como este abren nuevas avenidas para comprender la diversidad de los mundos que nos rodean, revelando los secretos del universo y su formación.
El futuro de la exploración espacial parece prometedor, y la historia de TOI-3568 b es solo el comienzo de lo que podría ser un viaje fascinante hacia la comprensión de los gigantes gaseosos en el cosmos. Con cada descubrimiento, estamos un paso más cerca de desentrañar los misterios que alberga el universo.