WASHINGTON.- Tarde, cuando su país ya se había convertido en el principal foco mundial de la pandemia, el presidente Donald Trump salió a dar un duro mensaje el martes a la noche desde la Casa Blanca donde pronosticó que el coronavirus provocará entre 100.000 y 240.000 muertes en Estados Unidos, en caso de que las medidas de contención y aislamiento social den un buen resultado.
En una dramática conferencia de prensa, segundado por la doctora Deborah Birx, coordinadora de la respuesta a la pandemia, Trump aseveró que se vienen dos semanas muy difíciles” en el país. «Quiero que todos los estadounidenses estén preparados para los días difíciles que se avecinan», dijo en tono grave, al tiempo que predijo que al final de ese período será posible «comenzar a ver una luz al final del túnel». El recuento diario que realiza de la Universidad Johns Hopkins no tardó en darle la razón: ayer, informó que la cantidad de muertos en el país ascendió a 4.361, cifra que se duplicó en tres días, mientras que los contagios superaron la barrera de los 200.000 (203.608), casi el doble de las cifras de los otros países más afectados del mundo, Italia y España.
El grupo de expertos de la Casa Blanca brindó un panorama sombrío sobre el futuro de los norteamericanos, ya que en el mejor de los casos la crisis del Covid-19 provocará la muerte de entre 100.000 y 240.000 personas, más que las guerras de Vietnam (58.000) y Corea (34.000) juntas. Al contrario de la subestimación de la pandemia realizada por Trump apenas hace una semana, esta vez quiso dejar un mensaje claro: el éxito del plan de contención dependerá del riguroso respeto de las medidas de distanciamiento social por parte de la ciudadanía. Tanto es así que si las medidas no se respetan, el toral de muertes estará entre las 1.500.000 y 2.200.000 de personas, alertaron.
La lucha contra la pandemia se libra en dos frentes en el gigante norteamericano. Uno es el área metropolitana de la ciudad de Nueva York, que concentra más de la mitad de los casos del país y donde se vive una situación apocalíptica: con el Central Park convertido en hospital improvisado de emergencia, el gobernador Andrew Cuomo informó que en las últimas 24 horas se reportaron 391 víctimas fatales (para totalizar 1.941 muertos en el estado) y casi 8.000 nuevos contagios (más de 83.000). «Estoy aterrado por mi hermano», dijo en la rueda de prensa al admitir que Chris Cuomo contrajo el virus: «Es aterrador porque no hay nada que hacer», añadió.
El otro frente es el resto del país, donde ya hay brotes preocupantes en zonas urbanas como Detroit o Miami. Los especialistas destacaron por eso la importancia de que los estados que todavía no han experimentado una aceleración de casos actúen ya para aplanar la curva de expansión del virus: Florida decretó ayer la cuarentena luego de que el propio Trump presionara al gobernador republicano Ron DeSantis para hacerlo. Con este, ya son 30 los estados que han decretado medidas similares hasta fines de abril.
La crisis retumba en Wall Street
WASHINGTON. – Las bolsas de Wall Street cerraron ayer con fuertes caídas después de que la Casa Blanca revelara las proyecciones de sus expertos, la más optimista de las cuales contempla que entre 100.000 y 240.000 personas fallecerán por el coronavirus (ver principal). El Dow Jones se derrumbó un 4,4%, igual que el S&P 500 y el Nasdaq. El daño económico potencial que puede provocar la pandemia a la primera potencia mundial empujó el jueves pasado a la Bolsa de Nueva York a sellar su peor trimestre desde 2008, cuando estalló la crisis financiera.
Es más, Goldman Sachs (uno de los principales bancos de inversión del mundo) corrigió el martes sus proyecciones para la economía estadounidense y pronosticó un desplome del PIB del 30% en el segundo trimestre del año, algo que no ocurre desde hace casi un siglo, a la vez que calculó que el desempleo se disparará al 15% a mediados de año.