La deshidratación crónica afecta entre el 30% y 40% de gatos mayores de 10 años y hasta el 81% en los que superan los 15, según datos veterinarios. Este problema está vinculado a enfermedades del tracto urinario y daños renales, riesgos especialmente altos en gatos adultos y seniors.
Orígenes y consecuencias
Por su naturaleza desértica, los gatos tienen una baja percepción de la sed, lo que obliga a sus riñones a trabajar más intensamente. “Estimular su hidratación es clave para cuidar su salud urinaria y prevenir enfermedades renales”, afirmó Mónica Andreu, veterinaria especialista.
Recomendaciones para una mejor hidratación
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Ofrecer agua fresca en varios puntos del hogar, con un bebedero por gato separado de la bandeja sanitaria y sin compartir con otras mascotas.
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Utilizar recipientes de cerámica o vidrio, amplios y bajos, para evitar molestias en los bigotes.
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Considerar el uso de fuentes automáticas con agua en movimiento, que muchos gatos prefieren.
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Incorporar alimento húmedo a la dieta diaria, que puede aportar hasta un tercio de la ingesta hídrica necesaria sin afectar la nutrición.
Estas simples estrategias pueden marcar la diferencia en la salud y bienestar de los gatos, previniendo complicaciones silenciosas pero graves derivadas de la deshidratación.
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