Al menos 73 palestinos perdieron la vida este domingo tras ser atacados por el ejército israelí mientras esperaban camiones con ayuda humanitaria en distintos puntos de la Franja de Gaza. Así lo informaron las autoridades sanitarias del enclave, que señalaron que 67 de las muertes ocurrieron en el norte del territorio.
Testigos relataron que soldados israelíes abrieron fuego contra una multitud concentrada en la zona de Zikim, al noroeste de la ciudad de Gaza, donde miles de personas aguardaban desesperadas la llegada de asistencia.
Frente a lo ocurrido, el movimiento Hamas exigió una investigación internacional urgente, acusando al “mecanismo conjunto entre Estados Unidos e Israel” para el reparto de ayuda de convertirse en una herramienta para “el asesinato sistemático de civiles”.
Los actuales centros de distribución son gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Washington y Tel Aviv. Sin embargo, operan bajo estrictas medidas de seguridad en zonas militares restringidas, valladas y custodiadas por contratistas armados, donde los civiles que ingresan en busca de alimentos se enfrentan a una respuesta violenta.
“El hambre está siendo utilizada como un arma de exterminio”, denunció Mohammed Abu Salmiya, director del Hospital Al-Shifa, que recibió a la mayoría de los heridos. “En nuestro hospital, ni el personal ni los pacientes han comido en todo el día”, agregó, describiendo una situación de colapso sanitario y humanitario.
Además, en un ataque separado en el sur de Gaza, seis palestinos fallecieron cerca de un centro de ayuda en la zona norte de Rafah, según informó el Complejo Médico Nasser de Jan Yunis.
Por el momento, el ejército israelí no emitió comentarios oficiales sobre ninguno de los ataques. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en Gaza, donde la crisis humanitaria se agrava día a día.