El próximo viernes 29 de agosto a las 20:00 se vivirá una noche única para el jazz local. Casimiro el grupo del trompetista y compositor Lucas Acuña, y el contrabajista Cristian Andrada con su quinteto, se presentarán juntos por primera vez en el Centro Cultural Córdoba (Av. Poeta Lugones 401). Las entradas anticipadas se pueden adquirir a través de la web de Autoentrada.
Para esta ocasión, Lucas Acuña y su proyecto Casimiro explorarán nuevas sonoridades en sus composiciones originales. La banda esta compuesta por Martín Dalmasso (guitarra), Lucio Cheli (batería), Agustín Palacios (contrabajo) y Matías Romero (vibráfono). Por su parte, el Cristian Andrada Quinteto interpretará música original cercana al jazz contemporáneo, en un diálogo musical de gran profundidad. Su formación incluye a Andrada (contrabajo y composiciones), Martín Dellavedova (saxos), Eduardo Elia (piano), Fabricio Amaya (guitarra eléctrica) y Luis Barzola (batería).
En este marco, desde Hoy Día Córdoba, tuvimos la oportunidad de dialogar con Lucas Acuña, miembro fundador de Casimiro, grupo en el que se desempeña como compositor y trompetista:
HDC: Este concierto es un encuentro con el quinteto de Cristian Andrada. ¿Qué expectativas tienen sobre la confluencia musical que se dará en el escenario y qué significa para vos esta colaboración?
Lucas: La verdad que es lindo, porque yo con el Cristian vengo tocando hace mucho, 15 años más o menos, porque nos conocimos en Holanda. Yo vivía allá, él se fue a estudiar contrabajo y nos encontramos en un conservatorio. Yo después volví en 2013 a Córdoba. Yo tocaba la guitarra, así que ahí grabamos un par de discos juntos.
También toqué con Martín Dellavedova, que es el saxofonista de su quinteto. En la música se da bárbaro eso porque estamos todos con todos y está buenísimo. Hacemos la música de Martín, la música de Cristian, la música mía, o alguna cosa en conjunto que no es de ninguno en particular, sino que es de todos. La cuestión es que tocar con el Cristian y esos chicos, con esta nueva banda me parece divertido, porque se mezclan mi grupo con el grupo de Cristian y todos los amigos. Y los pibes que tocan conmigo son más jóvenes, rondan los 20 años más o menos.
HDC: Respecto a eso, la gacetilla menciona que el evento «reúne en el escenario diferentes generaciones de músicos». ¿Qué aporta esta mezcla generacional a la música que van a interpretar y cómo influye en el proceso de creación?
Lucas: Y me parece que justamente ahí se borran las barreras generacionales, no existen. En la música lo que se espera, o lo que yo espero en el arte es la entrega absoluta, y morir ahí, transpirar la camiseta como si fuera rock, aunque sea jazz. Y eso es lo que hacen todos estos pibes. Pibes, les llamo a todos, los más grandes o los más chicos. Estamos iguales. Y lo lindo para mí es ver que esta generación está tocando increíble y que no existía tanta gente antes tocando así de bien. O sea, cuando yo era pibe, empecé por casualidad, fui a estudiar guitarra. Y el profe le gustaba el jazz. Entonces me metí en eso, claro. Pero en ese momento había tres guitarristas de jazz en Córdoba, o un baterista que más o menos tocaba jazz, nada más.
HDC: ¿Podrías contarme un poco de la historia de Casimiro? ¿Como surgió?
Lucas: Si. Un ex alumno mío que estaba estudiando en la metro me encontró y me preguntó si tenía algo para grabar y darle una mano. Cuestión que unos días antes toqué con unos pibes ahí en el bar Un Mundo Feliz. Y cuando el ex alumno me dijo esto le digo, sí, tengo a unos pibes bárbaros, un grupazo. Entonces le escribo a los pibes preguntándoles que si querían grabar en dos semanas y se sumaron. Así que escribí música, nos encontramos, hicimos un ensayo y fuimos a grabar. Y bueno, sacamos un EP que estuvo muy lindo porque estaba cargado de energía.
HDC: ¿De donde surgió el nombre del grupo?
Lucas: Los nombres para mí son siempre medio espontáneos, no los pienso mucho. También medio graciosos. Casimiro me pareció que era un nombre simpático. Porque había un perrito al lado de la casa de mi abuelo que se llamaba Casimiro, un salchicha mestizo, una cosa muy graciosa y era divino. Entonces siempre me quedó ese nombre como como con una connotación de buena onda. Entonces me pareció que entraba con estos pibes que son así tan frescos. Y, en realidad también, le puse a uno de los temas así y fue el que más nos gustó, disfrutamos mucho tocándolo. Así que le pusimos ese nombre al grupo.
HDC: ¿Qué planes tiene con Casimiro después de este concierto? ¿Hay algún proyecto de grabación en camino o futuras presentaciones?
Lucas: Sí, la verdad es que tengo muchas ganas de grabar algo nuevo. Me debo una grabación en cuarteto y otra con Casimiro. Quiero hacer una grabación nueva en esta formación, que somos cinco. Pero para eso tengo que escribir música nueva. Hoy en día me paso las horas estudiando trompeta y no divagando en sonido y a ver qué escribo. Pero sí, ya lo voy a lograr, es mi sueño, la verdad, grabar de vuelta con esta formación.
HDC: Finalmente, para quienes aún no conocen la música de Casimiro, ¿qué mensaje les daría para invitarlos a este concierto y qué crees que los cautivará más de la propuesta?
Lucas: Tiene que ver con la razón por la que nos llamamos Casimiro y no Lucas Acuña Quinteto, porque no importo yo. En los conciertos se vive una experiencia que deviene colectiva. Entonces, no somos sólo nosotros cinco, de repente somos todos, los que estamos viviendo esa situación. Y las melodías son muy accesibles. Es de hecho una intención que vengo teniendo hace rato: hacer melodías que se puedan silbar por la calle. Y no por eso menos fantásticas.
Para mi el recital, o la intención es ir a flotar un rato. Se me ocurrió una cosa cuando escribí, un poco delirando, pero que creo que no está tan errada: ese encuentro es un instante para ser eterno. Porque eso es lo que yo busco cuando escribo algo, cuando toco algo; que sean sonidos en los que uno quiera permanecer por mucho tiempo. Ojalá nos pudiéramos quedar en esa nube a vivir, ¿no? Esa es mi intención, mi sueño; ojalá que transforme un poco la gente y le haga bien.