El coeficiente de Gini, que mide desigualdad en una escala de 0 a 1, se redujo a 0,424 en el segundo trimestre de 2025, frente a 0,436 en el mismo período de 2024, reflejando una ligera mejora en la distribución del ingreso. Sin embargo, la diferencia entre los extremos de la pirámide social sigue siendo amplia: la mediana del decil 10 es 13 veces mayor que la del decil 1.
Ingresos por hogar y per cápita
El ingreso promedio per cápita alcanzó $537.024, mientras que la mediana fue de $392.000, indicando que la mitad de la población percibe menos de esa cifra. El decil más bajo recibe $96.730 de media y apenas concentra el 1,8% del ingreso total; el decil más alto percibe $1.699.225, con el 31,5% del total.
A nivel de hogares, el ingreso medio fue de $1.605.136, con un decil inferior de $299.137 y uno superior de $4.789.702.
Distribución laboral
El 78,4% de los ingresos provino de fuentes laborales y el 21,6% de ingresos no laborales como jubilaciones, pensiones o ayudas sociales, predominantes en los deciles más bajos. Entre los asalariados, el promedio fue de $924.872, con diferencia de género de 27%: varones $1.033.742 y mujeres $728.991.
El informe del Indec confirma que, aunque hay un leve avance en la desigualdad, la brecha estructural entre sectores altos y bajos sigue siendo significativa, especialmente para los hogares más postergados.
Se necesitan casi 4 jubilaciones mínimas para cubrir la canasta básica