El presidente de Chile, Gabriel Boric, anunció este lunes el cierre del Penal Punta Peuco, recinto conocido por albergar a militares condenados por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerado una “cárcel de lujo” por sus condiciones especiales. El mandatario informó que el establecimiento será transformado en una prisión común.
“Quiero compartir con ustedes una noticia que es un acto de justicia: Punta Peuco se acaba como un penal especial para victimarios de la dictadura cívico-militar y pasa a ser un penal común a disposición de las necesidades del país”, indicó Boric en sus redes sociales tras la conferencia en la que hizo el anuncio.
El presidente precisó que la Contraloría General de la República ya tomó razón del cambio y aseguró: “Cumplimos con nuestro compromiso. Desde hoy en Chile no existen presos de primera y segunda categoría”.
Boric agregó que el recinto será renombrado como Centro Penitenciario de Tiltil y que las obras de renovación estarán finalizadas en 2026.
El ahora extinto Penal Punta Peuco está ubicado en la comuna de Tiltil, en el extremo norte de la Región Metropolitana (centro), y fue creado en 1995 para encarcelar a militares con las mayores condenas por violaciones a los derechos humanos, entre ellos Manuel Contreras y Pedro Espinoza. Actualmente, allí permanece recluido Miguel Krassnoff, quien suma más de 1.000 años de prisión.
Diversas agrupaciones han denunciado durante años que Punta Peuco era una cárcel de privilegios, ya que sus internos disponían de habitaciones individuales, televisores, internet, canchas de tenis y libertad de movimiento dentro del penal.
En Chile también existió el Penal Cordillera, destinado a los mismos fines, cerrado en 2013 por el ex presidente Sebastián Piñera, cuyos reclusos fueron trasladados a Punta Peuco. Hasta su cierre, el penal albergaba a 139 condenados por violación, tortura y secuestro.
Según cifras oficiales, durante la dictadura cívico-militar encabezada por Pinochet (1973-1990), más de 3.000 personas fueron asesinadas, unas 1.200 continúan desaparecidas y cerca de 30.000 fueron torturadas.









