En días de calor extremo pueden aparecer complicaciones de salud, especialmente en grupos vulnerables como niños, embarazadas y adultos mayores.
Para prevenir los golpes de calor en niños y adolescentes, Erica Giambi, pediatra de la Dirección de Especialidades Médicas, aconseja ingerir agua cada 30–60 minutos, aunque no lo soliciten, y evitar que tomen gaseosas, bebidas energéticas y jugos azucarados. En el caso de los bebés que toman pecho deberían aumentar la frecuencia y, si toman fórmula, no se debe agregar agua extra antes de los seis meses sin indicación médica.
En el caso de los adultos mayores, la deshidratación es el principal peligro. Andrea Luna, geriatra de la DEM Centro, sugiere tomar pequeños sorbos a lo largo del día: “La meta debe ser al menos 2 litros de agua al día, lo que equivalen a 8 vasos, o la cantidad recomendada por su médico”. También anticipa evitar las bebidas con alcohol, café en exceso o gaseosas muy azucaradas.
La especialista sugiere ofrecerles agua aunque no sientan sed, ya que la percepción disminuye con la edad. “Se puede incentivar la incorporación de líquidos a través de infusiones frías, caldos ligeros, jugos naturales sin azúcar, soda, gelatinas, frutas con alto contenido de agua, preferentemente sandía o melón. Además, elegir comidas ligeras, frescas y fáciles de digerir con alto contenido de agua”, propone Luna.
En días de máximas temperaturas, se debe controlar que las personas mayores orinen varias veces, entre 4 a 5 veces mínimo por día.
En relación a la exposición al sol, Giambi destaca que “es importante no exponer a niños al sol entre las 10:00 y las 18:00 horas, y buscar siempre la sombra y lugares ventilados en esos horarios”. En los adultos mayores la recomendación es la misma: deben evitar las horas de máximo calor.
Es importante, además, mantener la casa fresca, con las persianas bajas y las ventanas cerradas durante el día para bloquear el sol, ventilando por la noche o a primera hora de la mañana, cuando la temperatura es más baja. También, se debe enfriar el cuerpo, tomar duchas o baños con agua tibia o fresca y de no ser posible, aplicar paños húmedos y fríos en la cara, cuello, axilas y muñecas.
Con respecto a la indumentaria, la profesional resalta que es muy importante no sobre abrigar a los bebes. Se recuerda que no padecen más frío que un niño o un adulto. Las especialistas recomiendan el uso de ropa holgada, ligera, de tejidos naturales como el algodón y con colores claros.
En el caso de usar aire acondicionado se debería colocar a una temperatura moderada entre 24-26°C, o ventiladores en habitaciones bien ventiladas. “En los días de calor, bajo ninguna circunstancia se debe dejar a un bebe o a niños encerrados en el auto, ni un minuto”, remarcó Giambi, pediatra de la DEM oeste.
Si los infantes realizan actividad física se deben reducir esfuerzos y hacer varias pausas mientras dure la propuesta deportiva.
En el caso de los adultos mayores que deban realizar actividades fuera del domicilio, es recomendable siempre colocarse protector solar, usar lentes de sol, sombrero o gorra y siempre llevar consigo una botella de agua a donde vaya.
“Es muy importante que un familiar o cuidador supervise a la persona mayor de forma regular si no es auto válido, a los fines de controlar o interiorizarse en las tomas de líquido”, destacó la especialista en geriatría.
En relación a la medicación de los adultos mayores, es importante conocer que el calor puede afectar la acción de algunos de ellos, por lo que es crucial consultar con el médico si se deben ajustar dosis o tomar precauciones extra, especialmente si se toman diuréticos, sedantes o tratamiento para la presión arterial/corazón.
En el caso de las embarazadas es crucial hidratarse bien con agua, buscar sombra y lugares frescos, usar ropa holgada y de algodón, cuidar la alimentación con frutas y verduras, y refrescarse con duchas templadas para refrescar el cuerpo. Además, se aconseja descansar con las piernas en alto para reducir la hinchazón de miembros inferiores.
La Organización Panamericana de la Salud advierte que el calor puede causar síntomas severos, como agotamiento y golpe de calor (condición en la que la persona puede presentar pérdida del conocimiento, además de piel caliente y seca, debido a fallas del organismo para controlar las altas temperaturas).
Además, destaca que la mayoría de las muertes por calor se deben al agravamiento de enfermedades cardiopulmonares, renales, endocrinas y psiquiátricas. Otros síntomas leves incluyen edemas en miembros inferiores, erupción en cuello por calor, calambres, dolor de cabeza, irritabilidad, letargo y debilidad.
La respuesta al calor depende de la capacidad de adaptación de cada persona y los efectos graves pueden aparecer repentinamente, por lo cual es muy importante estar atentos a las alertas y recomendaciones de los profesionales.
Por tal motivo, tanto Erica Giambi, pediatra, como Andrea Luna, geriatra, resaltan la importancia de estar atento a todo aquel signo que represente algún cambio de conducta, comportamiento o problemas de salud y solicitar asistencia médica de inmediato si se nota:
- Sed intensa y decaimiento
- Piel muy caliente, seca o enrojecida (ausencia de sudoración)
- Dolor de cabeza, náuseas o vómitos.
- Irritabilidad o somnolencia
- Respiración o pulso acelerado
- Temperatura corporal mayor a 38°C
- Confusión, irritabilidad o desorientación.
- Mareos, debilidad o desmayo.
En tal caso de que se presente algunos de estos cuadros en bebes, niños y/o adolescentes se debe acudir de inmediato a la guardia del Hospital Infantil Municipal, y en el caso de adultos mayores, pueden concurrir a cualquiera de los Hospitales de Pronta Atención, a los 100 Centros de Salud ubicados en los barrios de la ciudad, a la guardia del Hospital Príncipe de Asturias o a cualquier dependencia provincial.









