BEIRUT.- La detonación generó una enorme onda expansiva, que se pudo sentir en toda la capital desde varios kilómetros de distancia. Las autoridades aún no habían podido confirmar la causa, aunque no se descartaba que haya sido un atentado terrorista. Ocurre que el incidente se produjo cuando faltan menos de 72 horas para que el Tribunal Especial para Líbano, sito en La Haya, dicte sentencia por el asesinato con coche bomba del ex primer ministro Rafik Hariri, en 2005.
Fuentes diplomáticas europeas consultadas por el diario El País de España revelaron que se barajaba la hipótesis de un ataque con un misil contra un depósito de armas del partido-milicia chií libanés Hezbolá en el puerto.
En primer término, empero, se pensaba que el incidente habría tenido lugar en un silo del puerto que acoge una fábrica de fuegos artificiales, aunque las últimas versiones indicaban anoche que las autoridades se inclinaban por una bodega del lugar que albergaba cerca de 2.750 toneladas de nitrato de amonio desde 2014.
Lo cierto es que la explosión generó una verdadera hecatombe en un país ya azotado por una profunda crisis económica y sanitaria por el coronavirus: el Gobierno de hecho había anunciado la vuelta a una cuarentena masiva a partir de hoy, tras confirmar una nueva curva ascendente de la enfermedad. El gobernador de la ciudad, Marwan Abboud, señaló que lo ocurrido es un desastre parecido a Hiroshima y Nagasaki”, en relación a las bombas nucleares lanzadas por Estados Unidos.









