Tal vez el arte de vivir solo consiste en aprender a perder lo que, de un modo o de otro, se perderá inexorablemente. Perderlo todo: el hogar, la libertad, los bienes, la reputación, la salud, el tiempo… Perderlo todo por obra de una calumnia y una psicosis colectiva. Hacer un dique con aguas tranquilas que de improviso se vuelven furiosas y arrasan lo que encuentran a su paso no era solo una obra de ingeniería hidráulica. Era también una riesgosa intervención en la memoria colectiva. Y en una patología social transmitida por muchas generaciones, carente de nombre, que nace del miedo al desborde, a la inundación, a la violencia imprevisible del agua.
Aunque su origen se pierde en años anteriores, la idea de realizar un dique sobre el cauce del río Suquía suele ser datada en 1882 y atribuida al francés Esteban Dumesnil, quien, designado por Avellaneda administrador del ferrocarril Central Norte, había llegado a Córdoba en 1878. Durante su formación, al igual que Carlos Cassaffousth había sido compañero de estudios de Gustav Eiffel en la Escuela Politécnica de Paris. Cassaffousth tampoco era cordobés. Había nacido en Buenos Aires en 1855, era ahijado de Domingo Faustino Sarmiento y estudió en la École Polytechnique. Llegó a Córdoba en 1882 para establecer los terrenos en los que se edificaría el Hospital de Clínicas, y se asoció con Dumesnil para llevar adelante la idea de construir el dique. Nunca pudo sobreponerse al deterioro psicológico en el que quedó sumido por el proceso que lo llevó a prisión tras la construcción de la obra. Solitario y pobre, murió de pleuresía en Gualeguay, en agosto de 1900.
Juan Bialet Massé, en tanto, era un médico español graduado en la Universidad de Madrid, de cuya juventud poco se sabe. Republicano, democrático, socialista, liberal, llegó a Buenos Aires -tal vez por motivos políticos- en 1873, mientras gobernaba Sarmiento. El Rector de la UNC, Manuel Lucero, lo convoca para ocupar la cátedra de Medicina Legal. Acepta el ofrecimiento y se radica en Córdoba en 1877.
El proyecto -que orientaba a solucionar el problema de las inundaciones, proveer energía a la ciudad y contribuir al riego de la zona- había sido acogido con entusiasmo por Juárez Celman, quien en 1882 le encarga a Dumesnil los estudios preliminares. La construcción se comienza en 1886 durante el gobierno de Ambrosio Olmos, queda finalizada en septiembre de 1889 y es habilitada en abril de 1890. Fue el primer dique en levantarse en Sudamérica y el mayor embalse artificial del mundo hasta ese momento. Eiffel lo comparaba con la polémica Torre que acababa de construir en París: Dos obras llaman la atención del mundo en este momento: mi torre y el dique de Córdoba. Con la diferencia que éste es productivo y mi torre no”. La obra se convierte de inmediato en el mayor emblema del juarismo. Bialet y Cassaffousth son vinculados a él por la oposición católica, que tras la caída de Juárez en 1890 pide cárcel para los ladrones”.
En base a un informe del falso ingeniero” Federico Stavelius, Bialet Massé y Cassaffousth fueron incriminados por vicios y defectos de construcción” del dique y se ordena la prisión preventiva de ambos. Tras largos 13 meses en prisión, el doctor Bialet y Cassaffousth, absueltos de culpa y cargo”, obtienen la excarcelación. La renuncia del gobernador Pizarro una vez conocida la sentencia, concluye el más formidable hecho de calumnia pública en la historia de Córdoba. La cuestión de fondo había sido teológico-política. Pero también un intenso conflicto de intereses entre las cales cordobesas y los cementos ingleses. El dique San Roque fue sin duda una de las mayores obras contra Córdoba”, que, como tantas otras veces, activaría la destrucción y la calumnia contra lo que altera su conservadurismo.
Pero Bialet Massé tendría resto para otra gran obra. Pocos años antes de morir, recibe de su amigo Joaquín V. González, ministro de Julio A. Roca- el encargo de redactar un informe sobre el estado de la clase obrera en el interior del país. Recorre 14 provincias, completa notas de 20 años de trabajo y en abril de 1904 entrega el Informe, considerado uno de los documentos más relevantes de la historia social argentina. Habiéndolo perdido todo por la construcción de un dique, murió en Buenos Aires en 1907.
La historia siempre agrega cosas a las cosas. Muchos años más tarde, en efecto, en un chalet ubicado a pocos metros del Coloso” que habían construido Cassaffousth y Bialet -ya sustituido por el muro actual- la policía de Córdoba estableció entre 1976 y 1980 un centro clandestino de detención. Se probó judicialmente que en ese predio fueron torturadas más de 100 personas. Un represor arrepentido que había prestado sus servicios en el Chalet de hidráulica aseguró en 2009 que hay cuerpos en el fondo del lago, arrojados desde el aire en los llamados vuelos de la muerte”. Quien pudiera, como si se tratase del desarrollo de un film, exhibir completa la secuencia de hechos y personas que el dique San Roque encierra en su pesado sueño hídrico, como si se activase de una sola vez toda su memoria dormida, advertiría que el asiduo turismo de la zona transita sobre un lugar marcado por el odio. Córdoba devasta a quienes se proponen pasar por ella con osadía y con libertad. En el mejor de los casos, no devuelve nada. A no ser la dádiva indiferente de una tardía nomenclatura que culmina el olvido de lo que nunca debió haber sucedido: sobre la ruta 38, a orillas del lago cuya construcción hizo que lo perdiera todo, una pequeña localidad lleva el nombre de Bialet Massé. Allí vivió el viejo Pedro Milesi. La primera vivienda cordobesa de Manuel de Falla antes de radicarse en Alta Gracia se hallaba en la calle Bialet Massé de Carlos Paz. Sin que seamos capaces de advertirlo, acaso existe un vínculo secreto que anuda todos los pasajes.