Ante la versión que comenzó a trascender de una posible autorización para que los cines puedan reabrir con protocolos similares a los de los teatros, desde el Sindicato de Trabajadores de Espectáculos Públicos se mostraron esperanzados en que prime el sentido común”. «Esperamos que prime el sentido común. Las salas de cine tienen protocolos desde hace tiempo», indicó Graciela Barcos, secretaria Adjunta del gremio. «El protocolo implica el 40% del aforo a las salas. Sanitización y alcohol en gel. Tickets on line. Hay un mínimo de 300 familias que dependen del sector», aseveró. No queremos que haya un efecto dominó, por eso los empresarios se comprometieron que ante una eventual reapertura se comprometen a reincorporar a los trabajadores”, finalizó Barcos.
Juan Molina, uno de sus propietarios, confirmó el cierre del Cinerama y expresó hemos aguantado los 10 meses de la pandemia y no tuvimos vacaciones de julio, que es el periodo fuerte del año. Se nos hace imposible seguir, además de la incertidumbre y la falta de un horizonte claro. Esta es un empresa que trabaja a futuro. Y no lo vemos cerca”. Esta sala inaugurada en 1960 y que hoy debe cerrar debido al Covid-19 no tiene otra alternativa, según lo expresado por sus socios, aún si los cines vuelven a abrir en enero.
Los 12 empleados serán indemnizados y las salas se pondrán en venta o en alquiler. Al respecto, se expresó Graciela Barcos, del Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Públicos, quien sostuvo que esta situación cristaliza el estado crítico de las salas de cine de Córdoba, donde ya cerraron las salas del complejo Dino y podría suceder los mismo con el Gran Rex.
Solicitamos la a Provincia que pida la excepcionalidad para permitir la apertura de las salas, como ya lo hicieron Corrientes, Mendoza, Entre Ríos y Jujuy”, agregó. El próximo lunes, los trabajadores se manifestarán en la calle General Paz.
