Esto fue gracias a la gran cantidad de agua ingresada desde los ríos. Esta situación generó cierto alivio en los valles, que vienen sufriendo una sequía muy grave, al extremo de obligar a los municipios a limitar el suministro de agua potable. En el lago San Roque, en Villa Carlos Paz, las precipitaciones de las últimas semanas permitieron que su nivel del agua se sitúe en los 32.26 metros, quedando a 3.04 del nivel máximo.
Esto cambió la cara de la villa turística, principalmente porque en el lago San Roque volvió la actividad de catamaranes e hidropedales. La situación en los restantes diques de la provincia es similar, ya que todos ellos se encuentran por debajo de su capacidad máxima. A pesar de estas mejorías, los especialistas advierten que la situación sigue siendo crítica y expresaron que si las lluvias vuelven a faltar, podrá repetirse el mismo escenario que obligó a restringir el uso del líquido vital.