Los equipos de rescate localizaron dieron anoche con el cuerpo del niño de 2 años que había caído a un pozo el pasado 13 de enero en Totalán (Málaga), al sur de España.
El pequeño Julen estaba atrapado en un túnel de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad, perforado para realizar sondeos de agua.
Este rescate se considera el más complejo que se hizo en España, ya que decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras removieron cerca de 83.000 metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegue hasta el pequeño.
Durante las últimas 24 horas antes de encontrar el cuerpo se había excavado ininterrumpidamente.
El trabajo se realizó de forma manual, con martillos hidráulicos, y a medida que avanzaban sostenían el techo y los laterales con madera, una técnica típica de la minería tradicional del carbón.
Julen, quien se precipitó en el pozo hace doce días mientras jugaba, se encontraba debajo de un “tapón de tierra” situado a 71 metros de profundidad.









