«Es el tipo del partido para el que vives: una final de Grand Slam, jugando con los mejores a su mejor nivel», señaló Djokovic el viernes, tras destrozar al francés Lucas Pouille en semifinales en 83 minutos (6-0, 6-2 y 6-2).
«¿Qué más se puede pedir? Es dónde quiero estar», añadió.
Entre ambos jugadores suman 31 victorias en Grand Slam (17 para Nadal, 14 para Djokovic) y acechan el récord de Roger Federer, la tercera pata del trío de leyenda, que suma 20.
El serbio, de 31 años, aspira a su séptimo título en Melbourne, un récord en el primer grande del año, mientras que Nadal, de 32, aspira a convertirse en el primer tenista de la era Open en ganar los cuatro Grand Slam al menos dos veces, una década después de su primera corona en Australia (2009).
Será el 53º enfrentamiento entre ambos gigantes, el octavo en una final de Grand Slam. Djokovic domina el balance individual con 27 victorias, por 25 de Nadal, mientras que el español ha sido mejor en los partidos por el título en los grandes (4-3), incluidos los tres últimos.
Son los jugadores que se han enfrentado más veces en la era Open y en el recuerdo está su anterior final en Australia, en 2012, cuando Djokovic se impuso tras un combate de 5 horas y 53 minutos.
Fue la final de un grande más larga de la historia y sin duda una de las mejores, que finalizó con ambos jugadores exhaustos de cansancio y sentados en sillas durante la ceremonia de trofeos.
Entonces Djokovic completó una remontada en el último set y se impuso por 7-5.
«Nadal ha sido históricamente durante mi vida y mi carrera el rival más grande con el que he jugado, en todas las superficies», señaló Djokovic.
«He tenido momentos duros, en los que he perdido. He perdido algunos partidos muy competidos, también he ganado otros muy grandes. Estos duelos me hicieron el jugador que soy actualmente», añadió.
¿Cómo llegan los jugadores al día señalado? Ambos vienen de arrasar en semifinales. Nadal no dio ninguna opción al griego Stefanos Tsitsipas, la sensación del torneo y verdugo del doble defensor del título Federer en octavos.
El español completó una exhibición (6-2, 6-4 y 6-0). Tras cuatro meses sin competir, después de retirarse por lesión en semifinales del US Open, Nadal reapareció en Australia con el juego más ofensivo que se le recuerda; un servicio diferente y efectivo, la derecha muy afinada y espectacular en las subidas a la red. No ha perdido un set en el torneo.
Djokovic, en una versión menos llamativa, se ha dejado dos mangas, pero en ningún cruce ha dado la impresión de poder perder el partido.
«Solo tengo que pensar en mi camino, este es mi sentimiento, tengo que seguir haciendo las cosas que he hecho, y espero tener uno de esos días especiales», señaló Nadal tras ganar a Tsitsipas.
«Hay tanto en juego… Nadal estará al otro lado de la red, será una final de Grand Slam, si no te motivas con esas cosas, es que algo va mal», añadió Djokovic, que conservará el número 1 mundial sin importar lo que pase en una noche de verano en Melbourne.