El dato se desprende de un trabajo realizado por el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (Ocipex). Según el informe, de esa cifra sólo quedó en la Argentina el 20%, ya que el resto del flujo emigró con la corrida cambiaria del año pasado.
Esta apuesta a la «hot money», como se conoce en el mercado a este tipo de capitales que ingresan y salen de un día para el otro, fue una de las claves que le permitieron al gobierno nacional mantener el dólar planchado desde fines de 2016 y todo el 2017. Según da cuenta el portal Bae Negocios, el puntapié inicial lo había dado el ex ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay cuando eliminó una resolución del año 2005 que establecía un encaje del 30% por un año para los flujos provenientes del exterior y acortó de 365 días a 120 días el plazo mínimo de permanencia. De esta manera, la inversión en cartera sumó u$s 1.925 millones y se ubicó por debajo de los u$s 2.561 millones que se volcaron a la economía real. Al mismo tiempo, desde el Banco Central se amplió la autorización para compra de dólares de u$s2.000 a u$s2 millones mensuales para personas físicas y definió que habría libre salida por igual monto.
Posteriormente, el sucesor de Prat Gay y actual titular de la cartera Nicolás Dujovne eliminó por completo cualquier restricción de permanencia para estos capitales golondrina. En ese sentido, la inversión en cartera escaló 720% en 2017 para llegar a u$s 15.783 millones, mientras que la destinada a la economía real se mantenía en los mismos niveles, ya que fue de u$s 2.497 millones, seis veces inferior.
Es decir que de los u$s 30.000 millones de déficit con los que terminó la cuenta corriente ese año, la mitad se financió con este flujo de capitales de corto plazo.
El documento del Ocipex, elaborado por Sofía Sternberg y Emanuel Bouza, precisa que el pico se observó en septiembre, justo antes de las elecciones legislativas: entraron u$s 2.776 millones y el 97,1% fue al «carry trade» a sacar provecho de las tasas altas y un dólar planchado.
Esto ubicó a la Argentina segunda en el ranking de países que más recibieron inversiones en cartera en relación al PBI y, junto con China, se llevaron dos tercios de lo que entró a naciones emergentes, recuerda el trabajo.
Cuando el grifo de dólares se cerró al término del primer cuatrimestre de 2018, la inversión en cartera registró su primer rojo desde la salida de la Convertibilidad. «Desde entonces, y hasta diciembre de 2018, el ingreso de capitales financieros promedió u$s 858 millones por mes, mientras que la media mensual de egresos fue de u$s 1.661 millones», puntualizó el reporte.
«De los u$s 28.976 millones de inversiones de cartera que arribaron en los últimos tres años, ya emigraron u$s 23.738, un 81,9% del monto total», advierte el Ocipex. La mayor parte, fue a parar a títulos de deuda y Lebac que arrojaron rendimientos de hasta 13% anual en moneda dura. Esa fuga fue financiada con reservas, los dólares del FMI y de colocaciones del gobierno nacional.