En 2018, la tasa de mortalidad infantil se redujo en la Capital provincial un 20 %, mientras que desde 2011 a la fecha la baja es de 48,4 %, informó ayer la Municipalidad de Córdoba. El indicador confirma la tendencia decreciente de los últimos años. Sobre el particular, el intendente Ramón Mestre destacó que “en la ciudad de Córdoba se registró una baja del 48,4 % en la mortalidad infantil”.
Asimismo, precisó que en la última medición anual, “la baja fue muy significativa, registrando un 20 %”. Los indicadores fueron calculados en base a datos publicados por la Secretaría de Salud de la Nación, a través de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (Deis), y por la Dirección de Registro Civil municipal, por medio del Informe Estadístico de Defunción. Así, en nuestra ciudad, hasta el 31 de diciembre de 2018 ocurrieron 144 defunciones de niños menores de 1 año.
El valor acumulado indica una disminución de 20 % respecto de igual período de 2017 (35) y una disminución de 48,4 % entre 2011 y 2018 (135 defunciones menos). Al analizar la evolución de la Tasa de Mortalidad Infantil en los últimos 10 años, desde la Municipa-lidad de Córdoba se observó un descenso del 30,9 % entre 2008 y 2017.
Además, la ciudad muestra valores inferiores al global de la provincia de Córdoba, ya que la tasa de la Capital disminuyó un 11,6 % más que el promedio del resto de los departamentos de la provincia. Por su parte, al evaluar las causas de defunciones de los niños menores de 1 año se registró un descenso del 61 % de las causas reducibles (prevenibles) durante el período 2011- 2018 y un consecuente aumento de las causas difícilmente reducibles (no prevenibles) de 104,8 % durante el mismo plazo.
Como se recordará, la mortalidad infantil registra la cantidad de niños de 0 a 12 meses que mueren cada 1.000 nacidos vivos en un año, y se interpreta como una predicción del riesgo de morir que tienen los seres humanos en la etapa más vulnerable de su vida. Entre las principales causas de muerte de los bebés, se destacan algunas reducibles, como los trastornos vinculados con la prematurez y el bajo peso al nacer y la dificultad respiratoria del recién nacido, a las que se suman patologías que involucran los sistemas circulatorio y respiratorio, y las malformaciones congénitas.