En 2013, la nadadora cordobesa Cecilia Biagioli se convirtió en mamá de Joaquín. Había competido en cuatro Juegos Olímpicos y sido medallista panamericana (oro en Guadalajara 2011). Faltaban tres años para los Juegos en Río de Janeiro, a los que no clasificó. Su hijo se quedó con las ganas de verla en una cita olímpica. Ahora ese sueño se hará realidad: estará en Tokio.
La confirmación del pasaje de Biagioli a los Juegos Olímpicos de Tokio llegó en junio último. Se ubicó entre las siete mejores del Preolímpico de aguas abiertas en Setúbal (Portugal), con un tiempo de dos horas, dos minutos y 52 segundos. En la máxima cita deportiva, la nadadora de 36 años competirá en la prueba de 10 kilómetros.
Becada por la Agencia Córdoba Deportes, participará por quinta vez en un Juego Olímpico, después de haberlo hecho en pileta en Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008, y en aguas abiertas en Londres 2012.
El camino para llegar a Tokio no fue fácil. La determinación de Cecilia y la de su hermano Claudio (su entrenador) hicieron que cada obstáculo sea un aprendizaje y un crecimiento para lograr el objetivo mayor antes de retirarse del deporte de élite.
Estoy feliz de obtener el resultado que buscaba desde hace tiempo. Después de Lima, después de la medalla, dijimos ‘vamos con todo para Tokio’. Pero la pandemia nos puso una pared enfrente y tuvimos que saber adaptarnos, saber trabajar en los momentos y sin nuestro medio. Estuvimos tres meses y medio sin pileta, fue muy duro; postergar Tokio era postergar mi retiro. Con esto corono una carrera deportiva más que satisfactoria”, expresó Biagioli.
La meta de llegar a Tokio se concretó y ahora la cordobesa tiene nuevos desafíos para la competencia. Una vez adentro, el objetivo es tratar de mejorar el resultado de Londres, que fue el primero en aguas abiertas”, indicó. En los Juegos de Londres terminó 16ª, con un tiempo de 2:01:02.2.
Por su hijo
La principal meta de Biagioli es que su hijo Joaquín la vea competir en un Juego Olímpico, algo que la mantuvo alejada del niño de 8 años, quien la alienta en cada competencia y viaje. Todos los momentos que no compartió con él sintió que también le estaba enseñando.
Quiero ser un ejemplo para mi hijo; esa motivación me llevó a cumplir este sueño: que me vea en un Juego Olímpico. En 2016 era chiquito, ni se enteró de que no había clasificado. Hoy me decía ‘vamos por Tokio, Mami; te voy a ver por tele’”, se sinceró. Y agregó: Para mí es una gratificación enorme dejarle el ejemplo de que el día de mañana él vaya en búsqueda de sus sueños; su mamá va a estar a su lado”.
Luego afirmó: La palabra resiliencia es fundamental: caerse y volverse a levantar miles de veces. En el deporte hay que tener paciencia, porque muchas veces los resultados no vienen, como en Río 2016; dar vuelta la página y enfocarse en lograr lo que uno quiere. Los sueños se pueden concretar con esfuerzo”.
Hermanos unidos
Biagioli logró otro gran objetivo: estar junto a sus hermanos en un Juego Olímpico. Romina también se clasificó a Tokio, en triatlón.
Estoy feliz por la clasificación de Romi a su primer Juego Olímpico. Pese a su fractura de costilla y lo que eso implica a nivel emocional y físico, que haya sorteado eso me pone feliz. También por Claudio, son sus segundos Juegos”, remarcó.
Después comentó: Nos propusimos que íbamos a dar todo por este Juego. Romina clasificó antes, entonces me quedó la presión de dar el ciento por ciento, clasificar y lograr el sueño de los tres. Ojalá podamos vernos en un barcito de Tokio, pero será difícil porque ella compite antes que yo”.
Así continúa Cecilia Biagioli poniéndose objetivos y cumpliéndolos. Ahora siendo mamá y también junto a sus hermanos. Tan sólo falta la foto familiar en Tokio para un cuadro memorable.