El histórico Luis Scola, campeón olímpico en Atenas 2004, le agradeció ayer a la «camiseta» del seleccionado en su retiro del equipo nacional tras la caída con Australia por 97 a 59 en los cuartos de final de los Juegos de Tokio 2020. «Le agradezco a la camiseta, lo disfruté mucho y me voy en paz», declaró el capitán argentino poco después de la dura eliminación ante los australianos.
«Intento siempre apartarme de estas situaciones. Estaba esperando terminar el partido pero ya finalizó y ya está. Estoy un poco golpeado emocionalmente con lo que pasó», reconoció en diálogo con la TV Pública.
El partido se frenó a falta de 51.4 segundos y todos los presentes lo aplaudieron, desde los propios compañeros hasta los rivales y árbitros, algo que lo sorprendió, según describió entre los ojos brillosos por las lágrimas.
Scola, de 41 años, siempre se caracterizó por dejar de lado las emociones, tanto en momentos felices como tristes de su poco más de dos décadas en el seleccionado, aunque esta vez no pudo y rompió en llanto en el banco de suplentes, con sus compañeros también visiblemente emocionados.
«Estamos todos viviendo una situación especial, haber visto a los rivales y a los árbitros aplaudirme me quebró un poco. Traté de apartarme de todo a lo largo del último año, mantuve la compostura lo más que pude…», agregó en su entrevista con la TV Pública.
«Quería llegar hasta último momento trabajando y lo conseguí. La Selección es mucho más que los nombres de la Generación Dorada», apuntó el exjugador de Ferro y quien durante una década en la NBA vistió las camisetas de Houston Rockets, Indiana Pacers, Toronto Raptors, Phoenix Suns y Brooklin Nets.
Además, Scola, que tiene un año más de contrato con Varese de Italia, dejó la puerta abierta de cara a su futuro cercano: «Ahora toca descansar, después veremos qué viene. Hay que replantearse todo. Se vienen épocas de cambios en mi vida, así que a bajar un poco el ritmo y empezaré a planificar el futuro». «Le di mi mayor compromiso, mi máximo esfuerzo y mis mejores años de mi carrera, me voy en paz conmigo», concluyó el porteño.