El italiano que lidera la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en nuestro país, Roberto Cardarelli, manifestó preocupación por la crisis económica que atraviesa la Argentina. “Nosotros creemos que va a ser mejor en 2019, pero claro que hay riesgos”, aseguró el funcionario.
Cardarelli habló con la prensa ayer, a la salida de la reunión que mantuvo con integrantes de la Confederación General del Trabajo (CGT) y en medio de una jornada marcada por una nueva subida de la tasa de referencia. Respecto del encuentro con sindicalistas, el italiano aseguró que la intención del FMI es “escuchar el más grande número posible de ideas, opiniones, perspectivas y propuestas” y que esa dinámica “es normal”.
De esta manera, intentó apaciguar los comentarios que se generaron, en el marco del año electoral, luego de la seguidilla de reuniones que el FMI mantuvo con referentes de distintos espacios políticos. Además de la CGT, el organismo internacional consultó con los ex ministros de Economía, Axel Kicillof y Roberto Lavagna y con el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey.
En tanto, en el encuentro de ayer, la central obrera hizo énfasis en la gravedad de la crisis económica y en su impacto social y laboral. Abordaron la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, el cierre de las empresas, la situación de los jubilados y el aumento de la pobreza. Además, pidieron contener y pesificar el aumento de las tarifas y renegociar los términos del acuerdo entre el FMI y la Argentina.
Por otro lado, descartaron de pleno la implementación de una reforma laboral y anticiparon una posible protesta. El mismo Cardarelli salió a poner paños fríos al tema: “Las reformas estructurales deben plantearse en un contexto de crecimiento y en un marco de consenso social. De lo contrario están condenadas al fracaso”.