Charlie Watts, el famoso baterista de The Rolling Stones, falleció ayer a sus 80 años, según lo informó su representante.
«Charlie fue un querido marido, padre y abuelo y, también como miembro de los Rolling Stones, uno de los más grandes bateristas de su generación», añade el comunicado enviado por su representante, en la que se pide respetar la intimidad de la familia y los amigos en este «momento difícil».
Estoy muy triste por la muerte de Charlie Watts. Sabía que estaba enfermo pero no que era tan grave. Era un hombre adorable. Mis condolencias a su familia y a los Stones para los que sé que su partida es un duro golpe porque Charlie era una roca. Un baterista fantástico, firme como una roca”, señaló Paul McCartney a través de un video que subió a sus redes sociales.
En tanto, los músicos lo despidieron no solo por los logros artísticos sino también por su conocida amabilidad, discreción y elegancia en vida. Uno de los primeros mensajes llegó de la página oficial de los Rolling Stones. En el breve texto que acompaña una imagen del baterista, confirma la noticia del fallecimiento y pide privacidad para la familia Watts y el resto de los integrantes del grupo.
Hace días, los responsables de prensa de la mítica banda habían confirmado que Watts no iba a participar de la gira que el grupo planificaba realizar desde septiembre por Estados Unidos, a raíz de una intervención médica de la que no se brindaron mayores precisiones.
De los 80 años que tenía el músico, 58 los vivió en la formación que lo convirtió en una estrella mundial, a pesar de que su pasión musical y su filosofía artística se asocian al jazz.
Es que tanto en sus primeros años de formación musical, como a partir de los 80 cuando formó su propia agrupación, el músico tuvo a este género por sobre el rock como su principal fuente de inspiración, algo que subyace en las interpretaciones encaradas para el combo encabezado por Mick Jagger y Keith Richards.
Más allá de eso, y a pesar de su casi inadvertida presencia, el baterista se estableció como una figura clave en el engranaje de esa gran maquinaria rockera que es Los Rolling Stones, a partir de un sutil y único toque de tambor y una fuerte pero serena personalidad.
Nacido en Londres, Watts desarrolló desde muy chico un gusto por el jazz y el rhythm & blues, por lo que sintió que el mundo le sonreía cuando fue convocado en 1961 por Alexis Korner para ser parte de la Blues Incorporated, uno de los más importantes grupos en el Reino Unido de ese género.
Al ver su desempeño en ese combo, los jóvenes Jagger, Richards, Brian Jones, Bill Wyman e Ian Stewart entendieron que ese swing en la batería era el que necesitaba la banda de blues que estaban formando y fueron por él.
Los famosos riffs de Richards y los meneos de caderas de Jagger encontraron su atinado y definitivo ritmo en los particulares tambores de raigambre negra de Watts, los mismos que renovarían la sonoridad del grupo en 1981 desde la introducción de «Start Me Up».
Con un pasado como estudiante de arte y una familia estable, mientras sus compañeros vivían de manera desenfrenada, más aun en épocas de giras, el baterista optaba por mantenerse encerrado dibujando en cuartos de hotel. Mientras todos se codeaban con la crema rockera de la época, él prefería perderse en clubes de jazz.
Esto no impidió, sin embargo, que cayera en una fuerte adicción a la heroína y el alcohol a finales de los `70 y gran parte de los `80.
Fue por aquellos años en los que el grupo entró en un incierto impasse y en el que Watts finalmente formó sus propias bandas de jazz con las que hasta el día de hoy despuntaba el vicio.
Sin embargo, Watts siempre estuvo firme al pie del cañón cuando ese monstruo llamado The Rolling Stones volvía a ponerse en marcha, del mismo modo que la banda supo esperarlo y acompañarlo en sus momentos más difíciles, como cuando enfrentó en 2004 un cáncer de garganta.
Por eso llamó la atención cuando semanas atrás anunció que no iba a ser parte de la gira que el grupo retomaría en septiembre por Estados Unidos, luego del parate obligado por la pandemia de coronavirus, por problemas de salud.
Es cierto que a lo largo de historia, The Rolling Stones se reinventó tras la temprana muerte de Brian Jones en 1969, supo capear la pérdida de un fundador y figura clave en su organización como lo era el pianista Ian Stewart en los ´80, y pudo reemplazar sin sobresaltos al bajista Bill Wyman cuando se bajó del barco. Pero sin Charlie Watts, esta vez sí que nada será igual.