Al ser consultados sobre si la pandemia modificó el uso que hacen de las tecnologías, el 85% de los adolescentes respondió que sí” y el 15% que no”, incrementando el uso recreativo de las mismas por sobre el uso educativo, informativo, entre otros.
En cuanto al tiempo de conexión a diferentes dispositivos tecnológicos, el 10% usó de una a tres horas diarias, el 55% de tres a cinco horas y el 35% cinco horas o más. Además, los consultados señalaron que el uso de las tecnologías les está afectando la conciliación del sueño al 40%; el humor al 15%; el vínculo con sus familias al 10%, el vínculo con sus amistades al 10%, el rendimiento escolar al 10% y las actividades de ocio al 5%.
En relación al uso de las tecnologías en el ámbito educativo, para el 70% fue agotador, ya que se manifestó cansancio sobre la modalidad virtual y preferencia por las clases presenciales; muy cómodo para el 10%; con menor compromiso que antes para el 10%; difícil para un 5%, ya que afirmaron no contar con los recursos necesarios como para cumplir con sus obligaciones; y con dificultades para hacer las tareas y concentrarse en las clases para el 5% restante.