El presidente de YPF, Pablo González, negó este jueves que se haya definido un aumento de precios de combustibles para diciembre próximo, y destacó el crecimiento de la producción y la inversión por parte de la petrolera estatal.
«No va a haber aumento de combustible. No hay nada definido y nadie dijo que habrá suba el próximo mes», indicó González en diálogo con radio AM750, en relación a versiones periodísticas de posibles subas.
Este miércoles el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, había indicado que la petrolera estatal tenía previsto aplicar otro incremento en diciembre en el marco de su «programa de corrección tarifaria” durante una conferencia con accionistas.
“Creo que cuando Roberto Feletti se expresa en relación a esto está pensando que en diciembre (1 de diciembre) vence una prórroga del impuesto a los combustibles líquidos, algo que impacta directamente sobre el surtidor”, aclaró González en referencia a los comentarios del secretario de Comercio.
Además agregó que la secretaría de Energía de la Nación está trabajando en prorrogar ese vencimiento hasta tanto la Ley de Promoción de Actividades Hidrocarburíferas lo resuelva. “Si no se saca una prórroga antes de fin de mes, eso va a pasar; pero se está trabajando para que no suceda”, subrayó.
Por otro lado, González negó que haya existido un «congelamiento» de precios en las naftas, y sostuvo que a principios de este año la empresa explicó «cuál iba a ser el plan de inversión y cómo iban a ser los aumentos».
Esta aclaración surge porque desde mayo pasado los precios en el surtidor se mantiene fijos, cuando luego de una serie de ajustes al alza, la petrolera había anunciado que intentaría no volver a hacer subas en lo que quedaba de 2021. En el año, los precios subieron 34% acumulado hasta ese momento y el poder de YPF a la hora de poner precios mantuvo freezados los aumentos entre todas las competidoras.
“No hubo congelamiento de las naftas. Congelamiento hubo con el decreto 566 del año 2019. Tres días de perder las PASO, congelan las naftas con un precio ficticio del dólar y el Brent. Acá eso no sucedió. Nosotros presentamos un plan de inversiones y anunciamos tres aumentos y con mucho esfuerzo lo estamos sosteniendo. Es una presión del mercado”, agregó.
En esa línea, analizó que «el problema que está existiendo» es «la presión del mercado en relación al precio del commodity internacional (actualmente a más de US$ 80) que provoca que muchas productoras quieran exportar», debido a que «en el mercado interno se está comprando y vendiendo a US$ 60».
Por otro lado, otra declaración que encendió las alarmas y generó dudas sobre futuras subas en el combustible fue la del CEO de YPF Sergio Affronti, quien durante una reunión con accionistas en la que se presentaban los resultados del tercer trimestre de la compañía, había admitido que se estaban considerando aumentos.
“Estamos considerando introducir futuros ajustes en los precios de surtidores durante el mes próximo. Actualmente, se puede ver una distorsión de precios de los precios locales (de los combustibles) comparados con los internacionales. Sin embargo, al mismo tiempo, tenemos que evaluar la evolución del tipo de cambio (el dólar) y el ajuste de los precios en pesos de una manera que sea manejable y sostenible”, dijo el ejecutivo.
El interés de los inversores reside en que la suba de los precios de naftas y gasoil de un 34% en el año contrasta con una inflación acumulada del 37%, sólo hasta septiembre, y que camina a un ritmo del 52% anual.
El crecimiento de YPF
Por otra parte, González puso mucho énfasis en destacar los resultados positivos de ganancias y producción de YPF, pues la empresa registró en el tercer trimestre del año una ganancia neta de $ 23.000 millones, con un crecimiento de la producción de hidrocarburos de 17% respecto del último trimestre de 2020.
«Hace mucho que YPF no tenía un resultado positivo de ganancias así, además de aumentar la producción de petróleo y gas; y de haber podido reducir la deuda que tenía en US$ 650 millones ubicándola a niveles del año 2015», afirmó
El directivo contrastó los resultados actuales con los del periodo de 2016 a 2019, donde «la producción cayó entre un 8 y un 10%, se aumentó la deuda y las reservas cayeron», como «consecuencia de no tener una visión estratégica en el mediano y largo plazo», consideró.
Para González, se trató de «una política energética que eligió priorizar la importación con menos planes de inversión».