Traiciones malolientes
En la Córdoba oscura, los lentos pierden casi siempre. Incluso en el mundo de los tramposos, las traiciones parecieran estar a la orden del día y ni la propia sombra es confiable. En el Tribunal Federal Uno podrían condenar a dos autores de un secuestro extorsivo con ribetes malolientes, porque la mujer de uno de ellos llegó a tirar un teléfono a un pozo negro para «borrar» pruebas. Increíblemente, este aparatito fue recuperado por abnegados bomberos.
Los acusados son Darío Manzanel y Marcos Gonzales. Según la investigación, el 5 de febrero del 2019, Darío fue con su primo Luciano, la víctima del secuestro, a comprar seis kilos de marihuana a barrio Sargento Cabral y llevaron $ 120.000 dentro de dos mochilas. Sin embargo, a poco de llegar fueron encañonados por el supuesto vendedor y un cómplice, quienes les arrebataron el dinero y los dejaron entre pampa y la vía. Desahuciados, se subieron a un remís y fue allí cuando Darío increpó a Luciano, y lo acusó de haberlo entregado. Lo dejó en su casa, pero al rato regresó acompañado por Marcos Gonzales, el otro secuestrador.
Apuntándolo con una pistola 9 milímetros, se llevaron a Luciano y llamaron a su esposa, pidiéndole el dinero y un auto, como condiciones para no matarlo y liberarlo. Finalmente, la mujer no les dio nada y el secuestrado fue abandonado sano y salvo.
Ahora, los acusados podrían ser condenados a más de 13 años de cárcel, luego de protagonizar un intento de ajuste de cuentas por la presunta mejicaneada”. Lo cierto es que Gonzales, y sobre todo Darío Manzanel, actuaron como dos principiantes: se quedaron sin el dinero y encima están presos con una casi segura condena. Queda claro, que les salió todo mal.
Irresponsabilidad homicida
Ya pasó un mes de uno de los peores siniestros viales ocurridos en la Circunvalación. Alan Alejandro Amoedo, quien manejaba alcoholizado y a alta velocidad, chocó a dos vehículos que habían estacionado en la banquina por problemas en el motor de uno de ellos. En este alevoso impacto, mató a Anahí Sol Viñolo y a Rodrigo Burgos, y provocó heridas graves a Fernanda Guardia.
La investigación corresponde al fiscal Tomás Casas, a quien los familiares de las víctimas miran con recelo, ya que le concedió la excarcelación a Amoedo. Según el fiscal, al ser las imputaciones Homicidio Culposo Agravado y Lesiones Graves”, no tenía otra alternativa que dejarlo en libertad bajo ciertas condiciones, en vez de dictarle la prisión preventiva para que resuelva posteriormente un juez de control.
Desde la querella insisten mediáticamente con el pedido del agravamiento de la imputación a Dolo Eventual”. Esto es, considerar que Amoedo no pudo no representarse el riesgo que asumía al conducir en paupérrimas condiciones físicas y mentales. De hecho, el fiscal ordenará en los próximos días una pericia mecánica, que podría ser fundamental para encauzar la investigación. Si el automóvil VW Vento chocó porque, a su vez, fue chocado por otro auto no identificado, entonces la situación judicial de Amoedo no variará y será juzgado por un terrible hecho no intencional. Pero si se confirma la presunción de que todo fue obra de su irresponsabilidad, entonces la acusación podría agravarse y devolverlo a prisión.
Por lo pronto, la pericia toxicológica confirmó que estaba muy alcoholizado. Apenas dio un poco menos que los 2,07 gramos en sangre del test hecho por la Policía Caminera. Pero, además, se confirmó que en la sangre de Amoedo había metabolitos (restos del metabolismo de una sustancia). Y eran, nada menos y nada más, que metabolitos de cocaína.