El 25 de noviembre el mundo se anoticiaba del descubrimiento en Sudáfrica de una nueva variante de coronavirus y los expertos alarmaban que se trataba de una cepa que contaba con más de 30 mutaciones, al día siguiente la Organización Mundial de la Salud (OMS) le puso nombre: “Ómicron”. A partir de esta novedad, el mundo entero entró en alerta y numerosos gobiernos decidieron aumentar las restricciones.
En general, las medidas a nivel planetario se repiten y esto no es casualidad, ya que son las recomendadas por los expertos. El retorno las limitaciones de las aglomeraciones se hace cada vez más extensivo, un ejemplo cercano de esta última decisión, lo dieron diversos estados brasileros al cancelar las típicas fiestas de fin de año en sus playas.
Por su parte, en Europa -donde la crisis sanitaria ha sido más feroz- se ha declarado la vuelta parcial al confinamiento en diferentes territorios. Otra política extensamente compartida fue aumentar los controles y requisitos para ingresar a los países, en especial desde aquellos lugares donde se supone que la nueva cepa es predominante.
Además, los países han acelerado las campañas de vacunación para llegar a los sectores de la población que aún no han sido inmunizados, mientras que implementan la aplicación de dosis de refuerzo a quienes ya cuentan con un esquema completo, entre ellos, Israel analiza la colocación de una cuarta dosis. En ese sendero, se comenzó a autorizar la inoculación a niños, política que ya fue aplicada en buena parte de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. También, en diversos países, implementaron el uso de un pasaporte sanitario, para evitar la circulación de quienes aún no se han vacunado.
Por último, se está discutiendo la obligatoriedad de la vacunación. En Europa, Alemania, Austria y Grecia, ya tienen previsto aplicar esta política a partir de principios del 2022 para, al menos, una parte de la población. Lo mismo parece que sucederá en EE.UU., luego de que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, decidió dar un paso más allá que el presidente, Joe Biden, y comunicó la obligatoriedad de vacunarse a todos los trabajadores del sector privado tras haberlo hecho con los funcionarios públicos. Al respecto de estas medidas, Sarah Gilbert, cocreadora de la vacuna contra el coronavirus de Oxford/AstraZeneca, advirtió que mientras avancen las investigaciones sobre la nueva variante se debe “ser prudentes y tomar medidas para frenar su propagación”.