Luego de que el Senado lo aprobase días atrás, la Cámara de Diputados concluyó el recorrido legislativo con una aprobación de 82 votos a favor, 20 en contra y 2 abstenciones. La ley otorga a las parejas del mismo sexo, la igualdad de derechos y deberes respecto a los matrimonios heterosexuales.
Además, garantiza que no se discrimine a los individuos por su orientación sexual e identidad de género, para efectos de custodia de hijos, filiación y adopción. Ante la aprobación, la ministra de Desarrollo Social y Familia, Karla Rubilar, dijo: “Es cierto que esto debió resolverse hace muchos años; no somos los primeros, pero estamos convencidos que no seremos los últimos, pues detrás de nosotros vendrán muchos otros países impulsados por dos fuerzas imparables: la libertad y la igualdad”.
No se sabe si Rubilar lo esperaba, pero a miles de kilómetros, esta declaración parecía escucharse, ya que la gobernadora de la capital japonesa anunció que Tokio reconocerá las uniones entre personas del mismo sexo, lo que implica un importante avance para Japón, que es el único país del G7 que aún no reconoce el matrimonio igualitario.
A pesar de que los sondeos de opinión indican que la mayoría de los japoneses respaldan el matrimonio entre personas del mismo sexo, el conservador partido gobernante y su primer ministro son reacios a impulsar esta reforma.