La cuarta ola de Covid-19 y la aparición de la nueva variante Ómicrom ponen en jaque a Europa donde, a pesar del descontento social, muchos países han debido retornar las restricciones sanitarias, cancelando los planes para las fiestas de fin de año.
Un ejemplo sobresaliente de las dificultades que está teniendo la región puede verse en Países Bajos, donde el gobierno decretó la cuarentena estricta desde el día de ayer hasta el 14 de enero.
“Estoy aquí esta noche con un estado de ánimo sombrío. Para resumirlo en una frase, Países Bajos volverá al confinamiento a partir de mañana” dijo desanimado el primer ministro, Mark Rutte, el sábado. La medida incluye que todos los espacios no esenciales deberán mantenerse cerrados, inclusive los colegios.
Otros países, como Francia, pidieron a sus municipios que cancelaran sus típicos festejos públicos de fin de año y prohibieron tanto las reuniones, como el consumo de alcohol en la vía pública. Durante el anuncio, el primer ministro francés Jean Castex, insistió en el uso de un “carnet de vacunación”.
Por otro lado, Italia ya anunció que el próximo jueves se reunirán las autoridades de Gobierno para evaluar el avance de Ómicrom en el país y definir las próximas medidas.